10 razones por las que te encantará aprender italiano

Nota: Esta entrada fue escrita por una invitada*.

¿Sabías que Italia es el país de la pizza, la pasta y el helado, famoso por sus monumentos, paisajes, historia, gente encantadora y divertida? Seguro que conoces con detalle muchas de sus características, pero no has pensado en una de las más importantes: el idioma italiano, o como dicen en Italia, l’italiano. A continuación, te contamos 10 razones por las que te encantará aprender italiano. ¡Sigue leyendo para descubrirlas!

¿Por qué aprender italiano?

Iniciarse en una nueva lengua es un camino muy divertido que te llevará muy lejos. Aprender italiano tiene muchas ventajas. ¿Quieres saber cuáles?

1) Gestos no verbales (usando las manos)

Uno de los puntos más importantes del italiano son los gestos no verbales, muy importantes para comprender la cultura y la conversación que está transcurriendo. Seguro que el gesto del pico con la mano es primero que te viene a la mente, pero dominar el italiano te permitirá descubrir otros gestos italianos no verbales y todos los significados y asociaciones que tienen.

2) La gastronomía italiana y sus recetas

¿Quieres conocer los secretos de la cocina italiana? Si dominas el italiano podrás sumergirte en su cultura culinaria y aprender nuevas recetas para cocinar, de manera auténtica, la pizza, la pasta y el famoso postre italiano: el tiramisú, entre muchos otros. Pero no solo estos platos, el prestigio de la cocina italiana en general es enorme y sus recetas son un acierto seguro.

¿Cómo se dice: espaguetis o spaghetti? ¿Tallarines o tagliatelli? ¿Lasaña o lasagna? Deberás aprender platos típicos como “Penne all’arrabbiata”, “Farfalle al salmone”… Por otro lado, la “pizza Hawaiana” con piña está considerada en Italia como un crimen.

imagen de una pizza con arúgula sobre una tabla de madera

3) Facilidad de aprendizaje

¿Alguna vez has escuchado a alguien hablando en italiano? ¿Te parece que el castellano y el italiano se parecen o incluso puedes entender algunas palabras? Para los hispanohablantes, las lenguas que proceden del latín son mucho más sencillas, ya que tienen más o menos la misma raíz y siguen el mismo esquema para las variaciones y conjugaciones.

Esta facilidad es uno de los motivos por los cuales aprender italiano es muy buena opción, ¡ya tienes mucho adelantado! Aprender italiano con clases de italiano online es muy sencillo.

4) Expande tus oportunidades y fronteras laborales

Italia es la tercera economía de Europa, después de Alemania y Francia, ya que es un país con potentes industrias que siguen en crecimiento y expansión. La moda, los automóviles, el sector vinícola y la exportación cerámica son algunos de ellos. FIAT, Alitalia, Pirelli, Olivetti, Ducatti, Mediaset…

Por ello, cada vez son más las empresas que demandan conocimientos de italiano como requisito esencial para acceder a un puesto de trabajo, ya que es esencial para comunicarse con sus compañeros, filiales, clientes o proveedores del país vecino. Además, el dominio de idiomas siempre es un punto positivo a tu favor que te permitirá que tu currículum destaque sobre los demás.

5) Películas y música en versión original

Ver las películas en la lengua nativa de los actores, en este caso el italiano, permite captar mejor las intenciones, expresiones y connotaciones del lenguaje, las frases y las expresiones, por lo que entenderás la película mucho mejor. Del mismo modo, entendiendo las letras de las canciones podrás cantarlas a pleno pulmón, siguiendo cada una de sus palabras.

A continuación, te cuento una serie de recomendaciones de películas y cantantes de Italia que no debes pasar por alto.

Cantantes italianos que puedes añadir a tu playlist:

  • Fedez
  • Il Pagante
  • Matteo Faustini
  • Diodato

Algunas películas y series italianas que no te puedes perder:

  • La Dolce Vita – Federico Fellini
  • La grande bellezza – Paolo Sorrentino
  • La vita è bella – Benigni
  • Scusa ma ti chiamo amore – Federico Moccia

6) Libros y grandes obras

Del mismo modo, aprendiendo italiano también podrás llegar al nivel de entender los libros y grandes obras de la historia y de la cultura. Algunas de las recomendaciones que te traigo en este aspecto son:

  • La Divina Commedia de Dante Alighieri.
  • Las obras de Umberto Eco.
  • Le avventure di Pinocchio del autor Carlo Collodi.
  • 3 Metros Sobre el Cielo de Federico Moccia. (También disponible como película en Netflix).
  • Io non ho paura de Niccolò Ammaniti.
  • L’amica geniale de la autora Elena Ferrante.

7) Viajar a Italia e interactuar con la gente local

Cuando viajamos a un país, muchas veces tenemos dificultades para comunicarnos, ya que no conocemos el idioma. A veces, el inglés te salva de muchos apuros, pero otras no te sirve de nada. Imagínate que vas a un pequeño pueblo de la Toscana. Suena encantador, ¿verdad? Si quieres descubrir los rincones más bonitos y más escondidos de Italia tendrás que dominar el idioma, o al menos tener nociones básicas para poder comunicarte.

Además, si aprendes el italiano también podrás disfrutar de los bares, clubs y restaurantes que la gente local frecuenta, lejos de aglomeraciones turísticas. ¡Disfruta del «Bel Paese» al 100%!

8) Seducción

Para los románticos y amantes de la seducción, el italiano es una lengua que puede abrir muchas puertas y conquistar muchos corazones. Se considera el lenguaje del amor y, tanto por el acento como por la pronunciación, la melodía y la armonía, el italiano está considerado como uno los más sexys del mundo.

Además, ¡conocer varios idiomas y hablar en varias lenguas te hace resultar mucho más atractivo!

9) Reto y superación

Iniciar un nuevo proyecto como puede ser aprender una nueva lengua es todo un reto, y una manera de superarse a uno mismo, abriendo nuevos horizontes y expandiéndose todo lo posible. Así, estudiando, aprendiendo y superando los diferentes exámenes o niveles de italiano te llenará de satisfacción y orgullo, ¡eres capaz de hacer todo lo que te propongas!

Podrás presentarte a exámenes oficiales de italiano como el CILS (Universidad para extranjeros de Siena), PLIDA (Sociedad Dante Aligheri) y el CELI (Universidad para extranjeros de Perugia).

10) Conocer gente nueva

El último motivo que te doy para aprender italiano es conocer gente nueva y hacer amigos en otros lugares, ciudades y países. Nunca sabes dónde vas a descubrir una nueva amistad, ¡no dejes que el idioma suponga una barrera o un obstáculo! Además, los italianos son conocidos por ser espontáneos, sociables y muy acogedores.

Ahora que ya conoces los motivos principales por los que te animo a estudiar italiano, ¡solo te queda ponerte manos a la obra!

¿Te animas?

Buona fortuna con l’italiano!

*Valeria Biancalani es una filóloga italiana residente en España desde hace más de 15 años. Es la fundadora de la escuela Parlando Italiano, en la que se imparten clases de italiano de forma online y presencial.

5 obstáculos para aprender italiano y cómo el turismo creativo te ayudará a superarlos

Nota: esta entrada fue escrita por una invitada*. Me gustó su perspectiva sobre el italiano, una lengua con la que yo no estoy familiarizada. Espero que la disfrutes y te sea útil. 

Gracias a la similitud en los sonidos, en la estructura y en el vocabulario entre los dos idiomas, un hispanoparlante normalmente no encuentra grandes dificultades para aprender italiano.

Sin embargo, si has hecho algún curso de italiano o estás pensando en hacerlo, verás que hay algunos aspectos que merecen tu atención para que no se conviertan en obstáculos durante el estudio de ese idioma encantador y musical.

1. “Entiendo, pero no consigo hablar”

Es algo que probablemente nos pasa a todos cuando aprendemos un idioma: parece más fácil entenderlo que hablarlo. Eso puede pasar sobre todo cuando hay similitud entre dos idiomas, como le pasa a un hispanohablante cuando estudia italiano.

Por ejemplo, a veces el hablante de español subestima la dificultad del italiano y cree de entenderlo todo, pero en la hora “X” se da cuenta que le cuesta hablarlo.

2. Las dobles consonantes

En italiano existen las dobles de todas las consonantes con la excepción de la ‘h’, y éstas juegan un rol muy importante. Si omites el sonido de una doble consonante, corres el riesgo de pronunciar otra palabra.

Por ejemplo, camino significa «chimenea», cammino es una senda para caminar; un cappello es un sombrero, mientras que un capello es un cabello.

Claro, nuestro interlocutor acaba entendiéndonos con el contexto del diálogo, pero a veces lo ponemos a dura prueba o lo hacemos sonreír, como cuando en vez de decir anno (año) con énfasis y pronunciación más larga de la doble consonante, acabamos pronunciando la palabra con una sola ‘n’, que tiene el mismo significado que en español.

3. Falsos amigos

En italiano hay muchas palabras y verbos que se escriben o pronuncian casi como en español, pero esto no quiere decir que tengan el mismo significado. ¿Ejemplos?

Trata de adivinar el significado de las siguientes palabras:

  • Contestare
  • Guardare
  • Pronto
  • Salire
  • Accostare

A ver, ¿cuáles adivinaste?

  • Contestare = oponerse
  • Guardare = mirar
  • Pronto = listo
  • Salire = subir
  • Accostare = acercar o emparejar algo

4. Acentos regionales y dialectos

Este no es un desafío que encontrarás durante tus clases de italiano, pero podría pasarte en un día cualquiera. Vamos a imaginar que estás paseando por la calle en tu ciudad, y alguien te para diciendo “Mi scusi”… es un turista italiano que necesita tu ayuda.

O alguien te presenta un amigo italiano en una fiesta. Te animas de una vez, feliz de poder practicar lo que aprendiste, pero te das cuenta de que la persona te habla con un acento “raro”.

La pronunciación no se parece a la de tu profesora, ni a los audios de los podcasts que usas para aprender italiano. Aunque hablen correctamente el idioma nacional, los habitantes de varias partes de Italia tienen su propio acento regional, pronunciando vocales y consonantes en maneras diferentes.

Por ejemplo, ¿sabías que los toscanos pronuncian la “C” como una “H” aspirada? Los dialectos son un mundo aparte: alguien que habla el piamontés no entiende a una persona que habla napolitano.

5. No seas un turista, sé un viajero

Si aprendes italiano en tu país y luego viajas a Italia, es una lástima si no aprovechas la oportunidad para practicar el idioma.

No vale usar solo las “frases turísticas” que se aprenden para poder comunicarte con el taxi y el hotel. Para mejorar tu nivel y ponerte a prueba, lo ideal es tener conversaciones largas con italianos nativos y huir de lo fácil.

Si viajas con amigos, trata de equilibrar las conversaciones en español con ellos, alternándolas con chiacchierate con los locales, que siempre aprecian a quien tiene una actitud dispuesta a aprender.

La mejor manera de estudiar italiano y practicarlo

Esto vale tanto para el italiano como para cualquier idioma: la forma ideal para aprender rápidamente, fácilmente y de manera duradera, es viajar a Italia y vivir como un italiano más.

Aunque sea solo por una semana, una experiencia de turismo creativo y educativo te ayuda a crear relaciones, conocer gente y entablar conversaciones en italiano mientras saboreas tu gelato o visitas a un monumento histórico.

Puedes unirte a curso de italiano en tu ciudad favorita, ya sean las famosas Roma, Florencia y Venecia o las menos conocidas pero sorprendentes Orbetello, Todi y Tropea.

Si te interesan las artes y la artesanía, quizás prefieras un curso de pintura, de zapatería, de mosaico o de restauración de muebles. Si te decides por hacer un curso en Italia, allí conocerás estudiantes del mundo entero y podrás gozar de una experiencia de comunicación intercultural en italiano.

Y claro, ¡no hay como disfrutar de las costumbres mediterráneas y del carácter espontáneo y festivo de los italianos!

*Me llamo Federica Baggiani, nací y crecí en Florencia, y ahora vivo entre Italia y España. Soy la fundadora de Studiainitalia, una agencia que desde el 2005 se especializa en turismo creativo. Organizamos viajes culturales con cursos de italiano, arte, artesanía, cocina y deportes en Italia, con o sin alojamiento, en varias ciudades italianas.

 

La aventura de trabajar en un entorno multicultural

Nota: esta ilustrativa entrada fue escrita por un invitado*. Espero que la disfrutes tanto como yo y recuerda que tú también puedes ser publicada(o) en el blog

En la actualidad no hace falta ser consejero de la ONU para trabajar rodeado de personas de otras nacionalidades, que se han criado en otras culturas y que hablan otros idiomas.

Tanto las multinacionales como las pequeñas startups se han dado cuenta de los beneficios de contar con una plantilla heterogénea, tanto a efectos internos como externos.

Por otro lado, desde el punto de vista de los empleados, esta es una oportunidad única para abrir sus horizontes y descubrir nuevas formas de trabajar y relacionarse.

En mi caso particular, siempre he estado muy interesado en los idiomas y culturas extranjeras, y por ello he enfocado mi carrera profesional en el sector de la comunicación y el marketing intercultural.

Esto me ha llevado no solo a viajar, estudiar y trabajar en diferentes países, sino a conocer a personas de prácticamente cualquier parte del mundo, de las cuales siempre he intentado aprender lo más posible.

Hoy por hoy, trabajo en Lingoda, una escuela de idiomas online con sede en Berlín que pretende innovar en el mundo de la enseñanza de idiomas y conseguir que las barreras del lenguaje sean cada vez menores.

En nuestra oficina somos apenas 30 personas, ¡pero más de 15 nacionalidades! A continuación, os contaré un poco como han sido mis experiencias trabajando en entornos multiculturales y de qué forma han influido en mi vida.

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El inglés como lingua franca

Al igual que ocurre en la mayoría de organizaciones internacionales, el inglés destaca por encima del resto de idiomas como lingua franca para comunicarse en las oficinas. Esto me ha ocurrido tanto trabajando en España como en Alemania, y, por supuesto, en Inglaterra.

Eso sí, no se trata de un perfecto inglés británico sino de un inglés “híbrido”, ya que, a fin de cuentas, los que lo hablamos somos españoles, croatas, rusos o italianos. Lo que al principio puede causar malentendidos, acabará por ser una ventaja: te ayudará a enriquecer tu vocabulario y mejorar la forma en que te expresas en inglés.

Además, si quieres aprender otros idiomas, ¡enhorabuena! Trabajar con gente de otros países te da la oportunidad de hablar lenguas diferentes, poner en práctica tus conocimientos previos o descubrir palabras y expresiones básicas en otro idioma.

Como he mencionado anteriormente, ahora trabajo en Berlín, una ciudad que muchos califican como una de las peores para aprender alemán, y con razón.

Fruto de su compleja historia, la capital alemana es una ciudad muy internacional y atractiva para gente de todas partes del mundo. Esto la convierte en una urbe cosmopolita y moderna, pero también hace que sea extremadamente fácil desenvolverse únicamente en inglés, especialmente en lo que se refiere a la vida social.

En Berlín te encontrarás con gente que está de paso, por lo que no tiene interés en aprender el alemán; o con otros que no lo necesitan para su trabajo ni para relacionarse en su entorno, por lo que solo aprenderán lo básico.

En consecuencia, si de verdad quieres mejorar tu alemán viviendo en Berlín, tienes que ponerle empeño y fuerza de voluntad. Si a esto le sumamos que el alemán es un idioma muy complicado, el resultado es una tarea difícil, pero no imposible.

Para los que trabajamos y no tenemos demasiado tiempo para dedicarlo a ir a clases, la posibilidad de aprender con apps o de hacer cursos de idiomas en línea es una buena opción.

Diferencias culturales y cómo afrontarlas

Volviendo al tema de las particularidades de un entorno laboral multicultural y dejando a un lado las barreras lingüísticas, es importante tener en cuenta las diferencias culturales.

Al relacionarnos con personas de varios países, con distintas culturas y dispares tradiciones, hay una regla básica: el respeto. Si a este le unimos paciencia y empatía, las diferencias no serán un inconveniente, sino un punto a favor.

Es importante ser capaz de aceptar diferentes enfoques y actitudes, y también cuestionarnos nuestras propias costumbres, sin juzgar las del resto.

Por ejemplo, los españoles solemos ser bastante más directos a la hora de relacionarnos que el resto de europeos, y no estamos acostumbrados a decir las palabras mágicas «please» y “thank you» con tanta frecuencia. Esto no quiere decir que seamos maleducados, sino que provenimos de una cultura en la que la forma común de relacionarse no requiere este tipo de formalidades, especialmente si tratas con gente con la que tienes confianza.

Ante una diferencia como esta, es importante que los demás sean tolerantes y no se sientan ofendidos si en algún momento se te olvida pedir algo “por favor” (aunque lo hagas con una sonrisa), pero también intentar adaptar nuestra forma de relacionarnos al hecho de que estamos en un ambiente internacional.

En uno de mis anteriores empleos colaborábamos con frecuencia con personas de Japón, y solía molestarme que, en el caso de que no estuvieran disponibles, optaran por no contestar en lugar de negociar las fechas de entrega.

Más adelante me enteré de que en la cultura japonesa no están acostumbrados a decir “no”. Por supuesto, no es necesario que conozcamos las convenciones culturales de cada país, pero sí que es importante que estemos abiertos a este tipo de diferencias y que aprendamos de ellas.

Es bueno tener curiosidad y preguntar a nuestros compañeros sobre sus diferentes tradiciones, ya sea el Ramadán o Hanukkah, pero debemos hacerlo siempre desde el respeto y sin criticarlo.

Las ventajas de la diversidad

En resumen, creo que la diversidad nos hace mejores en todos los sentidos.

Esto lo aplicaría a cualquier nivel, desde las relaciones personales hasta las profesionales, y seguro que, si todos lo viésemos así, el mundo en general sería un lugar mejor.

Pero bueno, eso sería otro tema. Sin irme por las ramas lo resumiré en que a nivel laboral la pluralidad nos aporta múltiples puntos de vista, más creatividad y la posibilidad de unir la experiencia de profesionales con trasfondos muy dispares.

A título personal, conocer gente de todo el mundo y tener la oportunidad de ver el mundo a través de sus ojos, nos permite crecer como personas y aumenta nuestra curiosidad por descubrir el mundo.

¡Y, por supuesto, también nos garantiza muchas recomendaciones para futuros viajes!

*Me llamo David y soy uno de los miles de españoles que se han mudado a Berlín en los últimos años. Tras dar unas cuantas vueltas por Europa, actualmente trabajo en Lingoda.com, una escuela de idiomas online que enseña alemán, francés, inglés y español de forma flexible.

15 claves para aprender un idioma por tu cuenta

Nota: Este artículo fue escrito por un invitado que realmente sabe de lo que habla*. Te sentirás feliz de poner atención a lo que él tenga que decir. Sobre todo si se trata de su libro, donde puedes leer una entrevista mía en la que comparto muchos detalles sobre cómo aprendí inglés (de los que nunca he escrito en el blog). 

Alejandro Castrelo en la Ciudad de México
Alejandro en la Ciudad de México

Después de un período de intercambio académico en Rumanía, me conceden una beca de intercambio para San Luis Potosí (México) en el primer semestre del curso 2013-14. La buena fortuna me sonrió de nuevo.

Tras escuchar muchos comentarios de familiares y amistades de tipo: “Estás loco”, “¿No sabes lo peligroso que es México?”, “Te van a matar”, en mi mente se reforzó la idea de que marchar para allá era la decisión correcta. Lo mismo que con Rumanía: si todo el mundo estaba en contra de la idea, ahí tenía que haber algo bueno.

Aterrizado en la capital mexicana y después de cambiar unos euros a pesos, me dirijo a la ciudad de mi intercambio en uno de esos lujosos autobuses de la compañía Primera Plus, donde me dan mi “Bimbo” y “Boing” a juego con una agradable bienvenida.

Una vez en San Luis Potosí, después de unos días de haber encontrado alojamiento y arreglado las asignaturas que iba a realizar, me dan la oportunidad de hacer la prueba de nivel para entrar en uno de los cursos de inglés que ofrecía la Universidad.

Con los resultados en la mano, la evaluadora me indicó que para mi nivel avanzado ya no tenían cursos de inglés que ofrecerme, pero que si estaba dispuesto, podría colaborar como facilitador de inglés en el aula de conversación del nivel avanzado.

Después de pensarlo durante 2 segundos, acepté. Alumnos de distintas facultades venían a practicar conversación. A veces hacíamos juegos, otras veces conversábamos acerca de temas que me parecían interesantes.

Entre los alumnos, había personalidades de todos los tipos. Algunos muy atrevidos e interesados en el idioma, que no tenían miedo a participar y expresarse en el idioma de Shakespeare mientras que otros eran más tímidos y no les lograbas sacar una palabra de sus bocas.

Entusiasmado con el éxito experimentado en las aulas de conversación y con ganas de seguir compartiendo mis conocimientos acerca del aprendizaje independiente del idioma, me decido a crear un blog.

Tras buscar maneras de crear páginas web en Internet, y barajar posibles nombres para la web, me decanto por la marca “largalengua” en los conocidos servidores de Weebly.

Después de varios artículos sin mucho éxito de audiencia, poco a poco voy publicando con menos regularidad. Otras actividades prioritarias se me cruzaron en el camino y eventualmente dejé el blog aparcado. Aunque esta idea nunca continuó, la semilla había sido plantada.

Tras entrar a trabajar de profesor en una preparatoria y dar clases en una academia de idiomas, sigo animando a los alumnos a que trabajen en casa, que escuchen audios, vean películas y en general, que vivan el idioma cada día. Les decía que 2 clases a la semana no bastaban si querían tener un nivel decente de inglés.

Frustrado de alguna forma con la situación, y aunque algunos alumnos captaban el mensaje, la mayoría confiaba en que sus escasas sesiones semanales de una hora de duración los llevarían a convertirse en nativos en el idioma. Good luck.

De vuelta a España por Navidad, y en una conversación—al parecer—casual con mi hermano, surge la idea de poner todo mi conocimiento acerca del aprendizaje del inglés en un libro. Seguidamente, agarro un bolígrafo y me dispongo a escribir toda mi sabiduría sobre el papel.

Con letra furiosa, vuelco todo eso que tenía dentro. Todas esas ideas, pensamientos y estrategias de aprendizaje que había acumulado a lo largo del tiempo. El libro iba tomando forma. Ahora solo quedaba estructurarlo, encontrarle un título y buscarle una portada. Casi nada.

Siguiendo los consejos del prolífico autor Steve Scott, me dispongo a escribir todos los días, entre 500 y 1000 palabras. Nunca había escrito nada, pero esta era la prueba de fuego: tenía que demostrarle al mundo que se podía aprender inglés de manera independiente.

Había días en que seriamente dudaba de lo que estaba escribiendo. No tenía ninguna validación y no sabía si a la gente le gustaría. Mi amigo Pablo se comprometió conmigo y yo con él a enviarle de manera regular los extractos escritos. Esto me ayudó enormemente a completar el primer manuscrito.

Primero la escritura del primer borrador, edición. Encontrarle un título. Buscarle una portada. Promocionarlo. Muchas cosas tenía que hacer uno para llegar al público.

Un buen día, uno de mis amigos más emprendedores que conozco y creador de uno de los blogs más populares en español sobre estilos de vida alternativos y emprendimiento online, me dijo:

Alejandro, tenemos que hacer dos cosas: 1. Pegarnos un viaje juntos, 2. Tienes que publicar un artículo en mi blog, “Vivir al Máximo”. 

Voilà! Así fue. Días más tarde ya estaba el artículo publicado: Cómo aprendí inglés por mi cuenta — sin colegio bilingüe, padres nativos ni novia extranjera”, contando mi historia y ofreciendo mi recién publicado libro , habiendo llegado el post a la friolera de 200.000 visitas únicas.

Recibo comentarios y mensajes de todo el mundo hispanoparlante: Cuba, México, Venezuela, Perú, Colombia, España… entre otros. El mensaje había calado hondo. Las descargas de mi libro eran estratosféricas. Atrás quedaron momentos de frustración y dudas.

Con el aprendizaje de idiomas pasa lo mismo:

A menudo no nos consideramos capaces, no encontramos la motivación para estudiar diariamente y nos autoflagelamos con el insidioso pensamiento de “no llegaré a la meta”.

Déjame decirte que si has aprendido tu lengua materna sin problema, serás capaz de aprender cualquier idioma que se te ponga por delante.

Y una vez hayas comenzado, en ocasiones te alegrarás del progreso realizado y otras veces te sentirás estancado. Al igual que un camino entre valles y montañas, el proceso por el que todos tenemos que pasar está lleno de altibajos.

Hemos de aceptarlo desde el principio y prepararnos para lo que viene. Por tal motivo, y para que estés bien preparado, quiero compartir contigo los principios que sigo durante los primeros meses del estudio de un idioma.

15 claves para aprender un idioma por tu cuenta

1. Empezar a estudiar un idioma es la parte más difícil. Empieza hoy. Si tienes poco material, utiliza el que tengas para comenzar de inmediato.

2. No tengo ni idea acerca del idioma. En lugar de preocuparme, me enfoco en aprender acerca de ello. Razón suficiente para motivarse al máximo, no para estar asustado por el desconocimiento.

3. Los primeros pasos con el idioma los daremos con métodos de aprendizaje de lenguas extranjeras. De hecho, esa es la razón de su existencia.

4. Al principio, no entenderé nada y todo lo que diré probablemente esté mal. El propósito de ello es deshacerse del miedo a hablar y comenzar la interacción en conversaciones reales, no demostrar tus habilidades orales en el idioma.

Así que no tengas miedo; al igual que James Bond tenía licencia para matar, tú tienes licencia para equivocarte.

5. Aunque puedes irte al país sin saber ni pizca del idioma, tu curva de aprendizaje se acelerará si te familiarizas con él a través de un buen método de estudio durante un tiempo, con la finalidad de pasar de la etapa de principiante.

Idealmente, deberías ir al país donde esa lengua es oficial del nivel intermedio en adelante.

6. La pronunciación debe ser prioridad absoluta durante el primer mes. De otra forma, es posible que la interferencia de tu lengua materna te lleve a una pronunciación defectuosa.

7. Encuentra 1-2 personas con las que puedas practicar el idioma con regularidad. Pueden ser amigos, profesores o penpals. En italki y lang-8 puedes encontrar estos “tándems”.

8. Si te aburres con el mismo método, prueba a cambiarlo o intercalarlo con otro. Haz actividades diferentes con otros recursos que te ayuden a mantener tu interés tanto en el contenido como en el idioma.

9. Aprender un idioma lleva tiempo. No te presiones.

10. Si alguna vez te sientes abrumado, para de estudiar. Date un tiempo para reconciliarte con el idioma. Reflexiona en lo que no funcionó, recarga pilas y empieza de nuevo cuando estés preparado.

11. Ponte objetivos a corto plazo. Aumenta tus habilidades comunicativas a través de la persistencia y esfuerzo constantes. Dale tiempo al tiempo.

12. Durante los primeros 5-6 meses, enfócate en aumentar tu vocabulario, y en practicar lo más pronto posible tus habilidades orales en conversaciones reales. El 20% de tus actividades te dará el 80% de tus resultados.

13. Combina listening con reading. Asocia el mayor número de sentidos con una palabra para que seas capaz de recordar vocabulario a largo plazo.

14. Revisa regularmente lo que has visto en lecciones anteriores, así asimilarás de una forma duradera nuevas palabras, frases completas y estructuras gramaticales.

15. La gramática se aprende mejor a través de la exposición constante a textos y diálogos reales. No te dejes abrumar por ella. La mayoría de nativos no tienen ni idea del funcionamiento de su gramática y sin embargo manejan su propio idioma con soltura.

Para que comiences a aplicar estas 15 claves, te adjunto un pdf con los mejores recursos que he encontrado para aprender inglés (o incluso algún otro idioma) por tu cuenta. Haz click aquí para descargarlo.

Y tú, ¿cómo aprendes idiomas? ¿Cuáles son tus reglas a la hora de abordar el estudio de una lengua extranjera?

*Alejandro Castrelo, español sureño de 28 años, ingeniero industrial de formación y emprendedor de vocación. Desde que descubrió la comunidad políglota de Internet, no ha parado de poner en práctica toda la información para aprender idiomas de manera autodidacta. Amante de la tecnología y de los felinos. Cuando no está viajando, está leyendo libros de ensayo. Además, le gusta conversar con amigos y entre copas sobre las verdades profundas de la vida. Puedes encontrar sus artículos en: www.casinativo.com

El arte de dominar una lengua

Nota: esta entrada fue escrita por una invitada*. Me llena de alegría publicarla porque yo misma aprendí mucho francés con poesía, es algo muy «cercano a mi corazón» (como se dice en inglés). Espero que la disfrutes y que te animes a aprender idiomas con poemas. 

El arte de perder, One art es un maravilloso poema que me persigue desde hace un par de semanas.

Avergonzada por no haber conocido antes la maravillosa obra poética de Elizabeth Bishop, he llegado a aprenderme los primeros versos casi de memoria, tanto en inglés como en español. E incluso recitarlos siguiendo la hipnotizante entonación de Tom O’Bedlam:

Este poema se ha convertido en una alegoría del sentimiento de nostalgia.

Aunque tal vez el significado del poema sea mostrar las claves de cómo evitar que la melancolía nos atrape y no nos deje seguir adelante, atándonos irremediablemente al pasado por el miedo a perder. Con tono conformista, Bishop exhibe el acto de perder como algo constructivo en último término, incluso necesario para seguir avanzando.

ONE ART

The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.

– Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

Un arte

El arte de perder no es difícil de adquirir.
Tantas cosas parecen empeñadas
en perderse, que su pérdida no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta el tumulto
de llaves de puertas perdidas, la hora malgastada.
El arte de perder no es difícil de adquirir.

Practica entonces perder más aún, y más rápido:
lugares, nombres, y el sitio al que se suponía
que viajarías. Nada de esto será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre, y ¡mira! la última, o
penúltima de tres casas que amaba se fue.
El arte de perder no es difícil de adquirir.

Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente,
algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.

—Hasta al perderte a ti (la voz bromista, un gesto
amado) no habré mentido. Es evidente que
el arte de perder no es demasiado difícil de adquirir
aunque parezca por momentos (¡Escríbelo!) un desastre.

APRENDE IDIOMAS CON POESÍA

No obstante, nada más llegar a mis manos la versión española, busqué el poema en inglés para asegurarme que la traducción era fiel al original y no pretensión literaria del traductor. A partir de ahí, el principal uso que le he dado ha sido analizar y asimilar conceptos gramaticales entre español e inglés.

Nunca antes había considerado la poesía como un medio para perfeccionar mis conocimientos lingüísticos. Sin embargo, la simplicidad del verso, el lenguaje directo y la rima natural que no requiere de forzados giros gramaticales ha convertido El arte de perder en uno de los mejores recursos para explicar uno de los fenómenos más complicados de la lengua española: la conjugación verbal.

La aparición de diferentes formas personales de la conjugación del verbo perder permite entender—y explicar—de modo simple las terminaciones verbales en diferentes tiempos (pierde, perdí), las formas no personales (perder), la correlación entre sujeto-verbo-complemento directo [(Yo) Perdí el reloj de mi madre] y la derivación de palabras (pérdida).

Tras el experimento llevado a cabo con este poema, animo al lector a retarse a sí mismo escuchando y leyendo poesía en diferentes idiomas para entender la riqueza gramatical de la nueva lengua.

LAS DIFICULTADES DE LA CONJUGACIÓN VERBAL

Los hispanohablantes adquirimos conceptos relacionados con el tratamiento de los verbos de forma natural a lo largo de nuestro desarrollo lingüístico nativo. Por ello, la conjugación verbal nos parece una idea simple.

Durante nuestra infancia aprendemos los vocablos que se refieren técnicamente a lo que decimos día a día, usamos los tiempos verbales de forma casi “innata” sin considerar que tienen una denominación específica, que corresponden a una lógica con orígenes en el latín y que ha evolucionado y perdurado durante miles de años.

No es hasta que nos aventuramos a estudiar una nueva lengua que apreciamos la riqueza gramatical del español, lo que nos permite entender la existencia de las conjugaciones verbales, oraciones complejas y la enorme diversidad de palabras de la que gozamos.

Si destacamos especialmente la enorme dificultad que presenta para algunos aprender inglés, deberíamos considerar como es una lengua gramaticalmente plana, sin correlaciones entre número de hablantes y verbo—a excepción de la tercera persona del singular en tiempo presente—, y con tiempos verbales de única terminación. Mientras que sus hablantes afrontan cuantiosos inconvenientes cuando se aventuran a aprender español.

APRENDER A PERDER

Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aplicar la gramática de una lengua simple cuando dominamos una lengua gramaticalmente compleja? Básicamente por vergüenza, o miedo al ridículo; conceptos negativos que debemos empezar a dejar de lado, perderlos totalmente.

Si hablas español, tu cerebro está predispuesto a entender reglas gramaticales simples, ya que el esfuerzo necesario para asimilar las complejas no es requerido.

Así que pierde el miedo, porque es lo único que te hará quedarte rezagado, atrapado, sin evolucionar ni expandir tus horizontes. Encuentra tu propio método para descubrir nuevos idiomas, ya sea mediante películas, series, literatura, poesía o, incluso videojuegos (sí, conozco a alguien que se lanzó a aprender japonés traduciendo videojuegos).

Y sobre todo, recuerda que “el arte de perder no es difícil de adquirir”, así que pierde el temor al fracaso y embárcate en la aventura de ganar: una nueva lengua, una nueva cultura, una experiencia enriquecedora e única.

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*Me llamo Cristina Olmo, soy una catalana exiliada en Londres que además de inglés y español está luchando por aprender ruso. Actualmente trabajo para Linguasorb.com, una web de recursos gratuitos para aprender idiomas.

Claves para entender qué es la traducción

Nota: Esta informativa entrada fue escrita por un invitado*. Recuerda que tú también puedes ser publicado. ¡Que la disfrutes!

La traducción es un mundo maravilloso que esconde un sinfín de secretos y que no deja indiferente a nadie. Y escribo sabiendo de lo que hablo, puesto que soy traductor desde hace varios años. Por ese motivo, me gustaría explicar algunas dudas que puedan surgir a cualquier persona que, aunque no se mueva en el mundo de la traducción, sí que sienta cierta interés por todo lo que lo rodea.

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Un traductor no es un diccionario

No, por muy bien que un traductor hable otro idioma no tiene por qué saber el significado de todas y cada una de las palabras que existen en esa lengua. Ni tampoco implica que sea bilingüe. Pero esto no quiere decir que no sea bueno en su profesión, ¡ni mucho menos!

La figura del traductor está especializada en comunicar y transmitir ideas de forma clara y natural. Si es capaz de conseguir este propósito y hacer llegar el mensaje en la lengua de destino, entonces ha logrado su objetivo.

Mejor traducir hacia la lengua materna

No es lo mismo traducir desde tu lengua materna que hacia ella. En mi caso, soy traductor nativo de español (o castellano) y, por muy bien que hable otras lenguas como el inglés o el francés, me considero mucho mejor preparado para transmitir esa información original en castellano.

Y no se trata de un caso aislado, sino bastante común. ¿Por qué? La naturalidad, los giros del lenguaje, los juegos de palabras, los mínimos detalles… la forma más efectiva de reflejar todas estas características innatas a un idioma solo las puede conseguir una persona nativa en la lengua de destino.

Ni un amigo que sepa idiomas, ni Google Translator

Salvo que quieras un lenguaje codificado, los programas de traducción automática no sirven. En realidad te van a hacer más lío. Te pueden dar una ligera idea de qué trata de el texto, eso sí, pero si quieres presentar la traducción (y que esta esté bien hecha), créeme que dedicarás más tiempo del que piensas a revisar y comparar su versión.

Asimismo, alguien que «solo» sepa idiomas no te garantiza una traducción de calidad. Pídele una traducción sobre un juicio o sobre el Fondo Monetario Internacional y ya verás la cara que se os queda a los dos.

En otras palabras:

Un traductor no es una máquina, por eso busca la naturalidad, y la formación y experiencia adquirida le permite lidiar con cualquier posible contratiempo y dificultad.

¿Traductor jurado?

Sí, traductor jurado, oficial, público, notarial… Según el país en el que te encuentres se llamará de una u otra forma, pero la figura siempre es la misma.

Un traductor jurado tiene la potestad necesaria y acreditada por el Estado para traducir ciertos documentos oficiales, como por ejemplo partidas de nacimiento, títulos universitarios, expedientes académicos, testamentos… Los documentos de los que se encarga un traductor jurado llevan su firma y sello oficial para darles el valor pertinente.

Si quieres pedir una beca, buscar trabajo, casarte en el extranjero, solicitar un visado, viajar a otro país con un justificante médico… probablemente necesites uno.

Grosso modo, estas son las principales preguntas que le pueden surgir a cualquier persona ajena pero interesada por el mundo de la traducción. Pero si tienes cualquier otra duda que inquiete tu curiosidad, tan solo tienes que hacerlo saber. Espero que a partir de ahora veas a un traductor con otros ojos.

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*Me llamo Rubén Sánchez y formo parte de Translation-Traducción, un proyecto que se dedica a los idiomas y a la traducción, tanto general como jurada. Tenemos un blog sobre curiosidades lingüísticas, anécdotas de doblaje, consejos para aprender inglés y francés, guías para hablar el español correcto… y mucho más.

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Imagen de Svet Ivantchev