Yo puedo sola, el musical (Última llamada para las CE)

Todo lo que está pasando es muy pesado.

Por mi parte, he tenido la fortuna de recibir apoyo en espacios virtuales últimamente. Han hecho una gran diferencia, para bien, en mi estado de ánimo y en mi forma de ver las cosas.

Si bien llevo casi 7 años yendo a psicoterapia (con distintas terapeutas) y sigo a muchas coaches con las cuales he trabajado; si bien tengo mi propia red de apoyo y varias amigas maravillosas que están ahí para mí en momentos difíciles, me suele costar trabajo pedir ayuda.

Sobre todo porque no logro identificar el momento en el que lo necesito. Casi siempre puede más una vocecita en mi interior que dice: «Yo puedo sola».

Y sí, soy una persona resiliente y, sobre todo últimamente, las cosas no me derrumban por demasiado tiempo. Pero la ayuda siempre… ayuda.

He tenido mucha suerte porque, en esta época incierta e inesperada, el apoyo ha llegado a mí antes de que pueda admitir que lo necesito. Y ha sido maravilloso, me siento mucho mejor de como pensaba que me sentiría antes de que todo esto se desencadenara.

Al mismo tiempo, he notado que muy poca gente tiene una red de apoyo. He visto que muchas mujeres (sobre todo mamás y esposas) son la fuente de fortaleza emocional para su familia pero no tienen a alguien que las sostenga a ellas. Todos necesitamos que alguien esté ahí para nosotros.

Por todo lo anterior, quiero regresar el favor y ofrecer apoyo emocional en medio del caos. Porque puedo hacerlo (además de que lo disfruto mucho). Y porque, modestia aparte, me sale bastante bien.

Puedes ver un video que hice en mi página de FB (en toda mi gloria cuarentenil) hablando de las emociones más frecuentes que estamos experimentando como humanidad en este momento, y algunas ideas para lidiar con ellas.

(Si no lo has hecho, también te invito a leer mi última entrada, donde encontrarás un ejercicio super útil al respecto).

Te invito a las Comunidades Emergentes

Estas reuniones por Zoom sin costo, que tendrán lugar a partir del 30 de marzo (prometo ya no mover la fecha 😀 ), son un pequeño oasis de conexión, bienestar y calma emocional entre todo el caos y la incertidumbre.

Como dije en mis dos entradas anteriores, la idea de estas reuniones es crear espacios para ser, para estar y para practicar herramientas de sanación y bienestar emocional en un espacio seguro.

Mi objetivo es que al final de cada una de ellas te sientas mucho mejor que como llegaste. Sobre todo si eres el tipo de persona que, como yo, cree que debe poder con todo sola.

En estas reuniones online de 30 a 45 minutos, dependiendo del número de gente interesada, podrán conectarse personas de cualquier parte del mundo.

Habrá una versión mixta (personas de todos los géneros), y una versión para personas que no sean hombres cis*.

Si te llama la atención, escribe tu correo en la liga de abajo y te mandaré los detalles de fechas, horas, ligas, cuando los defina. Por lo pronto, parece que serán lunes, martes o miércoles de la siguiente semana, a las 11 am hora de CDMX / 6 pm hora de Madrid.

Escribe tu correo aquí.

*Si todo esto te confunde, elige “Mixta”. Si no hay suficiente interés en la versión no mixta, me reservo el derecho de mezclar los grupos.

Este es el último aviso al respecto que haré por este medio. Si te interesa, te recomiendo hacer clic ahora en el link. 🙂

¡Comparte esta entrada!

Intenta esto en casa

Debo confesar que siento cierto sosiego ante los problemas de magnitudes internacionales.

No porque no tenga corazón ni mucho menos (de hecho, lo opuesto: soy un bleeding heart y siento en carne propia el sufrimiento de mucha gente porque empath).

Sino porque el peor sufrimiento es el que se vive en total y absoluta soledad. En el que nadie cercano entiende por lo que estás pasando.

Y si bien literalmente todo el mundo está viviendo cosas similares por la pandemia, cada persona lo está experimentando de maneras diferentes.

Nuestro malestar es único a nosotros

Si eres como la mayoría de la gente, seguramente tiendes a ir por la vida sin prestar demasiada atención a tus emociones conforme van surgiendo. Tiene sentido. Después de todo, son muy poco prácticas y la sociedad no las ve bien.

Excepto cuando son demasiado. Ahí hay dos opciones: o expresarlas, o reprimirlas con más fuerza y enfermarse o hacer que se convierta en otro tipo de malestar.

En situaciones de crisis como esta, que no empezaron en un momento específico (a diferencia de un sismo o algo cuya hora exacta se puede rastrear), comenzó a haber un conjunto de impactos emocionales, de cambios pequeños y no tan pequeños, de shocks pequeños y no tan pequeños, que no hemos acabado de asimilar porque cada día es diferente y está lleno de incertidumbre.

Es como si no pudiéramos sentarnos a ver qué hacer con lo que ha cambiado porque a cada minuto sigue habiendo nuevos cambios a los que hay que responder y acostumbrarse.

Por lo tanto, es importante hacer un inventario personal de las consecuencias, sobre todo emocionales, que todo esto ha tenido en nosotros.

Si suena a algo que te interesaría, te invito a tomar una libreta y una pluma, o tu editor de textos, y darte un espacio de reflexión para ti:

Responde las siguientes preguntas

  1. Escribe tus roles o áreas de tu vida. (Por ejemplo: la familia, el trabajo —remunerado y el no remunerado—, la espiritualidad, la salud, las finanzas, etcétera)
  2. Antes de que todo empezara (piensa en los últimos días de vida «normal» que recuerdes haber tenido), ¿cuáles eran los problemas que tenías o las situaciones que te generaban estrés o malestar en cada una de esas áreas?
  3. ¿Cómo cambiaron (para bien y para no tan bien) todas esas áreas? ¿Qué perdiste o qué hizo que te preocuparas mucho? Si surgen emociones como tristeza, enojo o miedo, permite que salgan.
  4. ¿Qué malestares, sufrimientos, dolores, estreses, cosas negativas, etc., se han desencadenado a raíz de todos estos cambios? No juzgues tus respuestas, no hay nada tan pequeño que no debas escribirlo. Todo es válido.
  5. ¿Cómo se complicaron los problemas o situaciones que escribiste en tus respuestas a las preguntas de #2? ¿Hubo alguno que se solucionara o mejorara?
  6. ¿Qué notas después de hacer este inventario? ¿Hay algo más que cambió en tu vida que no has (a)notado?

Ir de shock en shock, de duda en duda, de temor en temor, es profundamente desgastante para el cuerpo y la mente.

Hacer una pausa y crear un inventario de los cambios y los malestares, como te propongo en este texto, crea espacio para que se procesen las emociones y que un poco de alivio llegue a nuestros cuerpos.

Si te sirvió este ejercicio, necesitas las Comunidades Emergentes

Estas reuniones por Zoom sin costo, que tendrán lugar a partir del 30 de marzo, son un pequeño oasis de conexión, bienestar y calma emocional entre todo el caos y la incertidumbre.

Como dije en mi entrada anterior, la idea de estas reuniones es crear espacios para ser, para estar y para practicar herramientas de sanación y bienestar emocional en un espacio seguro.

Mi objetivo es que al final de cada una de ellas te sientas mucho mejor que como llegaste. Sobre todo si crees que estás cool y que esto no te está afectando.

En estas reuniones online de 30 a 45 minutos, dependiendo del número de gente interesada, podrán conectarse personas de cualquier parte del mundo.

Gente de España que ya mostró interés: Primero, ¡gracias! Segundo: las haré en un horario amigable para vosotros. :3 

Habrá una versión mixta (personas de todos los géneros), y una versión para personas que no sean hombres cis*.

Si te llama la atención, escribe tu correo en la liga de abajo y te mandaré los detalles de fechas, horas, lugares, cuando los defina definitivamente (sic).

Escribe tu correo aquí.

*Si no tienes idea de lo que estoy hablando, elige “Mixta”.
Si no hay suficiente interés en la versión no mixta, me reservo el derecho a mezclar los grupos. 


PD: ¿Me ayudas a compartir este artículo?

PPD: En estos días, pon atención a mi página de Facebook, pues haré algunos videos en vivo con más herramientas del estilo de esta. Si no lo has hecho, dale «Me gusta», y si ya lo hiciste, te invito a activar notificaciones para que no te los pierdas.

¿Te sientes valiente y te gustaría compartir tus respuestas en los comentarios? Adelante.

 

Comunicados y comunidades (anuncio importante)

¿Soy yo o este año ha empezado con todo?

Con todas las cosas que han pasado aquí en México y a nivel mundial, no puedo creer que apenas sea marzo.

El objetivo de esta entrada es compartir mi postura frente a lo que ha estado pasando y otras cosas que he pensado.

1. Mujeres

Parece que fue hace mucho tiempo pero apenas han pasado 10 días desde el Día de la Mujer.

Si has estado poniendo cierto tipo de atención seguramente te habrás dado cuenta de que durante los últimos años mis textos han evolucionado no tanto en forma (siento que necesito escribir más para pulir mi estilo) sino en el nivel de conciencia y de profundidad.

Hace 11 años, cuando empecé este blog, no tenía ni la menor idea de cómo funcionaba la sociedad. Ahora, tampoco.

Pero creo que tengo un poco más claras muchas cosas, como qué es el privilegio (y que tengo un montón) las injusticias y violencias que vivimos las mujeres y las minorías (entre más alejadas estemos de ser un hombre blanco, joven, cis-hetero, neurotípico, peor nos va).

Quiero decir y dejar en claro que apoyo profundamente la causa del movimiento de mujeres que generó las movilizaciones del 8 y 9 de marzo en México.

Aplaudo y honro la valentía que conllevó para muchas ir a la marcha del domingo, faltar a sus trabajos y/o escuelas el lunes, hacer algún tipo de acto de protesta en sus lugares cotidianos o simplemente tomarse el tiempo de reflexionar en torno a su papel como mujeres en esta sociedad.

Es evidente que las cosas ya no pueden seguir como hasta ahora, y que cada vez somos más las que estamos abriendo los ojos a lo terrible e injusto que es que tantas mujeres sean asesinadas al día, incluso por nuestras propias parejas o familiares, en el mundo en general pero sobre todo en América Latina.

Lo que sucedió esos dos días fue histórico. Todavía hay mucho que hacer, pero debemos celebrar los logros parciales y lo que se consiguió fue algo monumental.

2. Covid

Si soy muy honesta, he intentado evadir la mayor cantidad posible de información con respecto a este tema.

No porque no me guste investigar ni estar informada (ja), sino porque apenas intento leer un poco al respecto y me saturo por la cantidad de noticias falsas, teorías de conspiración, instrucciones contradictorias de los gobiernos, historias de sufrimiento humano.

Pienso que alcanzo a vislumbrar hasta cierto punto la gravedad del asunto y la importancia de tomar medidas de precaución.

Siento temor y preocupación sobre muchas cosas que están totalmente fuera de mi control (porque están fuera de mi control).

Sé que esto en algún momento va a pasar, que en menos de lo que canta un gallo la humanidad en general va a estar como si nada otra vez, contaminando el planeta sin ton ni son, olvidando todo lo que aprendió en esta crisis.

Soy consciente de que muchas personas están sufriendo, y bastante.

Que, como en todo, a quienes nos ha ido mejor en la lotería socioeconómica (y/o quienes han conseguido más cosas por su esfuerzo, claro está) estamos pasándola menos mal que muchas otras personas que, por las razones que sea, tienen muchas circunstancias en su contra.

Después de leer un par de artículos no tanto de información sino de «análisis» (por llamarlo de alguna forma) al respecto, he llegado a la conclusión de que la mejor forma de lidiar con esto es hacer actos de servicio para la gente.

Y como tengo el privilegio (lo es) de quedarme en mi casa y usar el Internet para esto, decidí hacer una serie de mini webinars / «talleres» online / conversatorios / comunidades emergentes en Zoom.

Mi idea (que seguramente evolucionará) es tratar algunos de estos temas:

  • Cómo lidiar con el miedo (propio y ajeno)
  • Cómo identificar y procesar las lecciones que todo esto nos está ofreciendo (¡son muchas!)
  • Cosas que puedes hacer para mantenerte lo más cuerda/o posible
  • O algo por el estilo que se me ocurra en ese momento

La idea de esto no es contribuir a la saturación de noticias, datos y teorías que ya tenemos, sino crear espacios para ser, para estar y para practicar herramientas de sanación y bienestar emocional en un espacio seguro.

Mi objetivo es que al final de cada una de estas reuniones te sientas mucho mejor de como llegaste.

Estas reuniones online serán muy breves (de 30 a 45 minutos) y podrán conectarse personas de cualquier parte del mundo.

Habrá una versión mixta (personas de todos los géneros), y una versión para personas que no sean hombres cis*.

Si estás interesada/o, escribe tu correo aquí y te mandaré los detalles de fechas, horas, lugares, etcétera.

*Si no tienes idea de lo que estoy hablando, elige «Mixta». 

Estas reuniones no tendrán costo.


Sé que los temas que toqué en esta entrada son altamente controversiales y que todo mundo tiene una opinión al respecto.

Mi intención solo es ofrecer las Comunidades Emergentes para quien las quiera tomar.

Lo que menos me interesa es que se arme un debate (de esos de redes sociales, que nunca llegan a nada) en los comentarios de este post.

Si quieres decir algo al respecto pero no puedes hacerlo sin enojarte, es una señal de que no debes escribirlo aquí. Siempre puedes crear tu propio blog. 🙂 

Gracias por leer. Me encantaría conectar contigo en las reuniones de las Comunidades Emergentes.

Te dejo el link otra vez:

Ingresa tus datos.

Crea lo que quieres crear (3 miedos, 3 ideas)

Mi amiga I me dijo que quería empezar un blog. Acto seguido, su mente me empezó a bombardear con miedos y razones por las que era una mala idea.

Si bien no soy la experta número uno del mundo cuando se trata de escribir blogs, he aprendido un par de cosas a lo largo de los 10 años (sí, 10) que he mantenido el que estás leyendo, y me di cuenta de que tenía mucho que decir al respecto.

Decidí escribir esta entrada porque estoy segura de que hay muchas otras personas que quieren compartir sus ideas (ya sea en un blog, podcast, canal de YouTube, o hasta eventos presenciales) pero la avalancha de miedos se lo impide.

He aquí los tres principales que hablé con I (quien, por cierto, me dio permiso de escribir este texto; no creas que hago esto con todo lo que me cuentan mis amigos xD):

1. Me da miedo que me critiquen o me juzguen

Es totalmente comprensible. Después de todo, es un acto vulnerable decir lo que piensas en Internet. Y sí, hay muchos trolls y personas que se divierten poniendo comentarios groseros en las creaciones de las personas.

Sin embargo, hay dos partes del proceso que estás mezclando en una sola:

Una cosa es crear tu contenido y otra es que las personas lo consuman.

Lo que quieres es crearlo porque tienes una necesidad de expresarte, o porque quieres ver qué va saliendo conforme escribes / hablas.

Puedes crear unos 5 episodios / posts y después decidir si quieres publicarlo.

O puedes compartirlo solo con las personas más cercanas a ti, o tus amigos de Facebook.

No pienses que por estar en Internet automáticamente se va a hacer viral y lo van a ver 999,999 personas, de las cuales 999,900 te criticarán.

Si todo falla, siempre puedes desactivar los comentarios para que la gente no pueda opinar.

Puedes controlar su visibilidad hasta que te vayas sintiendo segura(o) de que más gente lo vea. Y si no llegas a ese punto, también está bien. ¡Ya creaste lo que querías!

Ahora bien: si te da miedo que te critiquen, te recomiendo que escribas una lista de las peores cosas que te podrían decir. Por lo menos unas 20. Sé tan cruel como te imaginas que podrían ser contigo, y poco a poco ve encontrando razones por las que podrías estar bien si alguien te dijera eso.

Casi siempre los comentarios críticos que nos duelen lo hacen porque son cosas que ya pensamos de nosotros mismos. Te recomiendo este hermoso y acertado post de Tara Mohr al respecto (en inglés).

2. Temo no poder ser constante y abandonarlo a la mitad

Yo tengo la convicción de que uno no es quien decide de antemano cuánto van a durar las cosas, sino que solo se va dando.

Por ejemplo, yo puedo tener el deseo de durar 30 años con una persona con la que salgo pero no hay nada que pueda hacer para que eso sea una realidad. Puedo intentarlo pero nada lo garantiza.

Lo mismo pasa con las creaciones. Puedo tener, al menos inconscientemente, la idea de que voy a escribir durante años o muchos meses y tener miles de lectores que me AMEN y demás.

Pero lo que suele pasar es al revés: empiezas a escribir y conforme avanzas te das cuenta de que no tenías tantas entradas en ti, sino que a los 10 artículos ya se satisfizo la necesidad que te llevó a crearlo y entonces lo dejas.

Sin embargo, eso no lo puedes saber de antemano.

Las cosas, incluso (¿o sobre todo?) las que nosotros creamos, nos van a otorgar lo que nos vayan a otorgar y no podemos decidir eso.

Aferrarse a la «constancia» o a publicar diario o a empezar y nunca abandonarlo no solo es artificial sino que se convierte en un deber ser, una obligación impuesta, una especie de prisión.

Si empiezas, quizá en el camino te das cuenta de que lo que querías era hablar de tres temas solamente y después se te pasa la emoción. (Sobre todo, si eres Scanner).

Yo una vez hice un podcast que solo ha escuchado una persona. Hice tres episodios y eso era todo lo que descubrí que quería hacer. Se satisfizo mi necesidad de grabarme hablando y estoy bien con eso. Me dio lo que necesitaba.

Claro que esto es mucho más difícil si lo que quieres empezar a crear tiene la finalidad de ser algo que te dé dinero o algo por el estilo, pero aun así tienes que estar dispuesta(o) a que evolucione, a que te aburra, a que el hecho de crearlo te dé otra idea para tu proyecto siguiente.

Sé que es incómodo pensar en términos de tanta incertidumbre pero lo cierto es que ir buscando certezas no es más que una ilusión.

Parte de por qué nos da miedo abandonar este tipo de proyectos es porque nos imaginamos que tendremos fans a los que de repente decepcionaremos si dejamos de escribir.

¡Primero consigue fans y luego te preocupas por ellos! Los de tu mente no cuentan todavía. 🙂

Por otro lado, y aunque suene un poco feo, no eres tan importante para otras personas. Es seguro decepcionar a la gente. No van a ir a tu casa a atacarte hasta que vuelvas a publicar. Seguramente van a encontrar a alguien más a quien seguir y van a estar bien.

Si esto te pesa, pregúntate a quién sientes que has decepcionado y qué consecuencias ha tenido. Rastrea de dónde viene ese miedo. Seguramente tiene que ver con tu infancia (como un montón de cosas) pero es muy útil hacerlo consciente. ¿Por qué se siente tan grave no cumplir las expectativas que otras personas puedan tener sobre ti?

3. Me da miedo que me digan que quién me creo que soy para escribir sobre x

Oh, sí. Muchos asociamos «escribir» con «ser la autoridad en un tema», o «ser experta(o) en él».

Si en tus creaciones te describes a ti misma(o), incluso sin darte cuenta, como «soy quien más sabe en el mundo del tema», te arriesgas a darte cuenta de que no, de que hay gente que sabe más que tú, y te exiges mucho más, pues no debes ni puedes fallar.

Sin embargo, si solo partes de «voy a compartir mi perspectiva, mis vivencias, mi particular punto de vista desde donde estoy experimentando este tema», nadie te puede contradecir.

Claro que habrá gente que no esté de acuerdo contigo, que tenga una perspectiva muy distinta y quizá hasta contradictoria con la tuya, pero eso no significa que debas esconder tu forma de ver las cosas.

Todas las perspectivas son válidas porque, aunque es lo más trillado del mundo, no hay dos personas iguales que vean la vida exactamente de la misma forma.

Por lo tanto, vale la pena que nos compartas tu perspectiva, que nos cuentes cómo has superado tus obstáculos o que nos digas las lecciones vitales que te costó mucho trabajo aprender.

Quizá le ahorras tiempo a alguien, o quizá le salvas la vida (uno nunca sabe, de verdad) o simplemente haces que se sienta menos solo.


Espero que esto te haya inspirado a sacar tus creaciones de tu cabeza y ponerlas en el mundo si es algo en lo que has estado pensando.

Sé que suena aterrador por momentos pero a mí me da mucho más miedo pensar en todas las cosas maravillosas que mucha gente se va a llevar a la tumba solo por miedo al qué dirán o a juicios que a veces ni siquiera duelen tanto una vez que se reciben.

¡Comparte lo que quieres crear! No necesita ser bueno siquiera, ni estar bien diseñado o bien planteado; definitivamente no necesitas leer más libros ni buscar más inspiración; no es necesario pulirlo tanto como tu mente te dice.

Haz que exista, después ya ves qué haces con ello.

Amiga, date cuenta. Solo son idiomas

Esta entrada es un poco diferente a las demás que he escrito.

Estructuralmente está «dirigida» a mujeres heterosexuales pero en realidad es para cualquier persona que se identifique.

Surge de que noté, en la conversación con algunas de mis amigas, cómo el factor «idiomas» influye mucho en la percepción que tenemos de las personas y de sus cualidades.

Suelo escuchar que la gente dice «Es que habla

CINCO

idiomas» como si eso fuera una especie de garantía de que una persona es, toda ella, admirable y lo más cercana posible a la divinidad.

Obviamente, no le quita mérito a nadie hablar varias lenguas.

Sobre todo si se vive en un país con una sola lengua oficial, sí se podría considerar un logro.

Pero, si nos ponemos muy realistas y si pensamos en términos sociales, la mayoría de las veces, el número de lenguas que una persona conoce nos habla más de sus privilegios que de sus cualidades morales.

Es decir, como mencioné en una entrada anterior, es más probable que una persona hable más lenguas si ha podido viajar a o estudiar en otros países o ha tenido más dinero para pagarse clases particulares, o incluso si no tiene que dedicarle tiempo a labores del hogar, por ejemplo, porque alguien más las hace en su lugar o porque puede pagar para que otra persona las lleve a cabo.

No siempre es el caso, evidentemente, pero como regla general funciona.

Muchas personas, pero sobre todo algunos tipos de mujeres intelectual(oid)es, tendemos mucho a irnos con la finta del CV:

Si conocemos a alguien que…

  • Estudió en una universidad de renombre
  • Habla tres o más idiomas
  • Hizo su tesis de maestría de algo súper abstracto y filosófico / denso e ininteligible / oculto
  • Ha viajado un montón o por lo menos a dos continentes distintos
  • Tiene la piel blanca o ascendencia europea y se ve que sus papás tienen dinero

…caemos redonditas y asumimos que es la mejor persona del mundo, que es lo que estábamos buscando.

Nuestra inteligencia no nos salva en estos casos. Nuestra experiencia y nuestra propia formación académica, tampoco. Estamos programadas para reaccionar casi con aplausos a este tipo de perfil.

Sobra decir que casi siempre esto nos mete en problemas, por la simple razón de que confundimos un CV «interesante» con una vida interna íntegra y un desarrollo emocional llevado a cabo con éxito (lo que sea que eso signifique).

Se nos olvida que aunque un hombre tenga dos postdoctorados puede ser violento, o que puede contribuir a que participemos en una relación tóxica.

Con esta entrada no pretendo tanto hacer una crítica sino solo nombrar que esto pasa, enunciarlo y hacerte saber que no eres la única persona a la que le ha sucedido (en dado caso).

A mí misma me ha ocurrido, más veces de las que quiero admitir.

Obviamente, está muy bien si la persona que conoces tiene un CV increíble, entiende 8 lenguas Y además es una gran persona con la que eres compatible al máximo y se aman y bla. ¡Bien por ti!

Mi mensaje es:

No eres parte del área de Reclutamiento de una empresa. No te dejes llevar por el CV de una persona antes de realmente conocerla (se dice fácil, ¡ya lo sé!).

No pienses que las personas que han tenido la oportunidad, el privilegio o la suerte de aprender otras lenguas son mejores que las que no.

A veces pienso que en ciertas partes del mundo, saber idiomas distintos a la lengua materna está demasiado bien visto, se le otorga demasiado estatus; es un hecho al que se le confiere una cantidad muy alta de puntos positivos y de pulgares arriba.

Como dije, sé que tiene su mérito. Si lograste aprender una lengua después de luchar años y años por ello, a pesar de todos los obstáculos que pudiste haber tenido y demás, estoy muy orgullosa de ti y muy feliz por ti. Jamás te quitaría tu logro.

Por otro lado, y como he dicho en entradas anteriores, no tiene nada de malo que una de tus motivaciones para aprender lenguas sea que otras personas te admiren. Está bien, es válido y hasta puede ser positivo.

Solo me gustaría que socialmente no pareciera implicar un nivel de grandeza moral que, desde mi punto de vista, no viene tanto al caso.

O tú, ¿qué opinas? ¿Le has visto cualidades morales positivas a alguien solo porque conoce otras lenguas?

Dos lecciones salseras para los idiomas y la vida

Llevo poco más de un año yendo a clases de salsa.

(Más específicamente, salsa on one) (por si quieres buscar videos).

Era uno de mis sueños más anhelados; hasta llegué a escribir aquí hace algunos años que quería hacerlo.

Un buen día de febrero, un amigo me dijo que había un lugar bueno, bonito y barato cerca de mi casa y que a él le gustaba mucho, que intentara ir.

Entonces fui y algo se acomodó dentro de mí y ahora no puedo dejar de ir.

LITERAL.

En todo este tiempo, he notado y entendido un montón de cosas que se pueden aplicar a cualquier tipo de aprendizaje. Obviamente, eso incluye al aprendizaje de idiomas.

Lecciones aprendidas:

  1. «Si solo sigo yendo, no puedo no seguir aprendiendo».

Soy una de las personas más impacientes que conozco. Quiero que las cosas se den ya, y bien a la primera.

Pero la vida no es así. Nonono.

Donde tomo clases hay nueve niveles. Puedes ver todos al mismo tiempo. Cuando llevaba como un mes de clases y no estaba avanzando tan rápido como según yo me hubiera gustado (un parámetro totalmente arbitrario, por cierto), me empecé a desesperar.

Quería avanzar más rápido pero las cosas simplemente llevan el tiempo que necesitan llevar. No se puede forzar el aprendizaje.

Estuve a punto de abandonar las clases varias veces por esa misma desesperación y porque #perfeccionismo pero me detuve a mí misma y me dije:

Esto no se aprende en un día. Es un proceso. Que lleva tiempo. Los procesos se dan a lo largo de las semanas, los meses y los años. La única forma de permitir que el proceso se lleve a cabo es evitar que se interrumpa.

Por lo tanto, la clave es seguir viniendo y confiar en el proceso. Si no dejo de venir, va a ser inevitable aprender. Solo va a suceder, haga lo que haga. Necesito dejarme llevar y confiar.

(Easier said than done, I know!).

Y entonces escribí en un lugar donde lo podía ver frecuentemente: «Si solo sigo yendo, no puedo no seguir aprendiendo».

Como por arte de magia, dejé de sentir esa prisa interna y la desesperación.

Sé que muchos aprendices de idiomas, sobre todo adultos que intentan adquirir el inglés por enésima vez, sienten esta misma prisa, esta sensación de que deberían reponer el tiempo «perdido».

Si tienes un buen método, y si ya por fin encontraste un momento en tus semanas para rodearte de la lengua en cuestión, el siguiente paso es confiar en el proceso y seguir «yendo».

El aprendizaje va a suceder. Lo que te está haciendo ruido es tu mente. Pero la buena noticia es que le puedes decir: «Gracias por tu opinión, pero te voy a dejar de poner atención».

Nota: Si tu método es malo o no te gusta o no te funciona, quizá esto no aplica tanto. Esta lección probablemente le sea más útil a las personas, como yo, a las que les cuesta confiar en los procesos y en que las cosas llevan tiempo. Toma lo que te sirva y deja el resto 🙂

2. Algunos días van a ser mejores que otros y está bien

Aunque amo ir a mis clases y cuando dejo de ir por un par de semanas me empiezo a sentir mal hasta físicamente, hay días en que no me siento tan feliz de haber ido.

Algunas clases son increíblesnoinventeslomáximo pero otras solo son… clases.

A veces he ido con dolor de estómago, con tos, con cansancio extremo (nivel: me he tenido que ir a la mitad).

Una vez un [hombre] me dijo algo que me generó mucho enojo y como no pude defenderme porque estoy programada, al igual que el 98% de las mujeres, a solo sonreír y no buscar conflictos, mucho menos con los hombres, me enfermé de la garganta.

Pensé en dejar ir porque se había hecho un trauma en mi cuerpo (además de que me duró como dos semanas la gripa) pero después dije, no le voy a dar tanto poder a un #»$%!» y no voy a dejar que me arruine mi alegría.

Otras veces ha habido clases super aburridas en las que sentí que no aprendí nada.

Pero, por el contrario, ha habido momentos de mucha pero mucha felicidad, de placer genuino, de risas, de conexión dancística y de conocer gente bonita.

Ha sido toda una prueba para mi resiliencia y mi capacidad de adaptación (la cual, lo admito, no suele ser mi fuerte).

Pero he seguido yendo porque ver arriba. Y ha valido la pena.

Lo que he notado es que solemos detenernos a la mitad de un proceso cuando hay una situación desagradable. Es decir, tiramos la toalla al primer «día feo».

Esto tiene todo el sentido del mundo, y mentiría si dijera que yo no he abandonado algunos proyectos o cursos por eventos dolorosos.

Nuestro organismo nos quiere proteger de lo que nos puede generar daño, y asociamos una sensación desagradable o sentirnos «mal» con un potencial riesgo. Obviamente lo queremos evitar.

Pero, en ocasiones, le damos demasiado poder a un evento negativo. Borramos de nuestra memoria todos los momentos buenos o neutrales y la totalidad de nuestro proyecto se tiñe del único momento desagradable que hubo.

Ayuda mucho ponerlo en perspectiva y decir:

Este momento desagradable fue solo uno de tantos momentos, tanto agradables como feos, que va a haber.

No necesito darle tanta importancia. No significa que siempre va a ser así. No significa que estoy en peligro.

(A menos que realmente lo estés, en cuyo caso tú sabrás mejor dadas tus circunstancias específicas).

Puedo lidiar con la incomodidad. Las sensaciones incómodas en mi cuerpo solo son eso; no tengo por qué añadirles un significado apocalíptico que no tienen.

Algunos días son mejores que otros y está bien. No significa nada malo sobre ti ni sobre el mundo.

Salsa = terapia

He aprendido y me he dado cuenta de infinidad de cosas sobre mí y el mundo (sobre todo de las relaciones entre hombres y mujeres) gracias a la salsa.

Siempre digo que es como otra terapia para mí.

Podría escribir más lecciones de este tipo pero por hoy estas dos están bien. 🙂

¿Qué opinas?

¿Algo «totalmente» no relacionado con los idiomas te ha dado pistas o claves sobre cómo mejorar tu aprendizaje o tu acercamiento a las lenguas?

O: ¿qué lecciones puedes extrapolar de alguna actividad que lleves a cabo (pintar con acuarelas, meditar, o incluso tu trabajo del día)?

Hagamos un compendio fabuloso en los comentarios. :3