El arte de dominar una lengua

Nota: esta entrada fue escrita por una invitada*. Me llena de alegría publicarla porque yo misma aprendí mucho francés con poesía, es algo muy «cercano a mi corazón» (como se dice en inglés). Espero que la disfrutes y que te animes a aprender idiomas con poemas. 

El arte de perder, One art es un maravilloso poema que me persigue desde hace un par de semanas.

Avergonzada por no haber conocido antes la maravillosa obra poética de Elizabeth Bishop, he llegado a aprenderme los primeros versos casi de memoria, tanto en inglés como en español. E incluso recitarlos siguiendo la hipnotizante entonación de Tom O’Bedlam:

Este poema se ha convertido en una alegoría del sentimiento de nostalgia.

Aunque tal vez el significado del poema sea mostrar las claves de cómo evitar que la melancolía nos atrape y no nos deje seguir adelante, atándonos irremediablemente al pasado por el miedo a perder. Con tono conformista, Bishop exhibe el acto de perder como algo constructivo en último término, incluso necesario para seguir avanzando.

ONE ART

The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.

– Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

Un arte

El arte de perder no es difícil de adquirir.
Tantas cosas parecen empeñadas
en perderse, que su pérdida no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta el tumulto
de llaves de puertas perdidas, la hora malgastada.
El arte de perder no es difícil de adquirir.

Practica entonces perder más aún, y más rápido:
lugares, nombres, y el sitio al que se suponía
que viajarías. Nada de esto será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre, y ¡mira! la última, o
penúltima de tres casas que amaba se fue.
El arte de perder no es difícil de adquirir.

Perdí dos ciudades, ambas adorables. Y, más ampliamente,
algunos sitios de los que era dueña, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue un desastre.

—Hasta al perderte a ti (la voz bromista, un gesto
amado) no habré mentido. Es evidente que
el arte de perder no es demasiado difícil de adquirir
aunque parezca por momentos (¡Escríbelo!) un desastre.

APRENDE IDIOMAS CON POESÍA

No obstante, nada más llegar a mis manos la versión española, busqué el poema en inglés para asegurarme que la traducción era fiel al original y no pretensión literaria del traductor. A partir de ahí, el principal uso que le he dado ha sido analizar y asimilar conceptos gramaticales entre español e inglés.

Nunca antes había considerado la poesía como un medio para perfeccionar mis conocimientos lingüísticos. Sin embargo, la simplicidad del verso, el lenguaje directo y la rima natural que no requiere de forzados giros gramaticales ha convertido El arte de perder en uno de los mejores recursos para explicar uno de los fenómenos más complicados de la lengua española: la conjugación verbal.

La aparición de diferentes formas personales de la conjugación del verbo perder permite entender—y explicar—de modo simple las terminaciones verbales en diferentes tiempos (pierde, perdí), las formas no personales (perder), la correlación entre sujeto-verbo-complemento directo [(Yo) Perdí el reloj de mi madre] y la derivación de palabras (pérdida).

Tras el experimento llevado a cabo con este poema, animo al lector a retarse a sí mismo escuchando y leyendo poesía en diferentes idiomas para entender la riqueza gramatical de la nueva lengua.

LAS DIFICULTADES DE LA CONJUGACIÓN VERBAL

Los hispanohablantes adquirimos conceptos relacionados con el tratamiento de los verbos de forma natural a lo largo de nuestro desarrollo lingüístico nativo. Por ello, la conjugación verbal nos parece una idea simple.

Durante nuestra infancia aprendemos los vocablos que se refieren técnicamente a lo que decimos día a día, usamos los tiempos verbales de forma casi “innata” sin considerar que tienen una denominación específica, que corresponden a una lógica con orígenes en el latín y que ha evolucionado y perdurado durante miles de años.

No es hasta que nos aventuramos a estudiar una nueva lengua que apreciamos la riqueza gramatical del español, lo que nos permite entender la existencia de las conjugaciones verbales, oraciones complejas y la enorme diversidad de palabras de la que gozamos.

Si destacamos especialmente la enorme dificultad que presenta para algunos aprender inglés, deberíamos considerar como es una lengua gramaticalmente plana, sin correlaciones entre número de hablantes y verbo—a excepción de la tercera persona del singular en tiempo presente—, y con tiempos verbales de única terminación. Mientras que sus hablantes afrontan cuantiosos inconvenientes cuando se aventuran a aprender español.

APRENDER A PERDER

Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aplicar la gramática de una lengua simple cuando dominamos una lengua gramaticalmente compleja? Básicamente por vergüenza, o miedo al ridículo; conceptos negativos que debemos empezar a dejar de lado, perderlos totalmente.

Si hablas español, tu cerebro está predispuesto a entender reglas gramaticales simples, ya que el esfuerzo necesario para asimilar las complejas no es requerido.

Así que pierde el miedo, porque es lo único que te hará quedarte rezagado, atrapado, sin evolucionar ni expandir tus horizontes. Encuentra tu propio método para descubrir nuevos idiomas, ya sea mediante películas, series, literatura, poesía o, incluso videojuegos (sí, conozco a alguien que se lanzó a aprender japonés traduciendo videojuegos).

Y sobre todo, recuerda que “el arte de perder no es difícil de adquirir”, así que pierde el temor al fracaso y embárcate en la aventura de ganar: una nueva lengua, una nueva cultura, una experiencia enriquecedora e única.

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*Me llamo Cristina Olmo, soy una catalana exiliada en Londres que además de inglés y español está luchando por aprender ruso. Actualmente trabajo para Linguasorb.com, una web de recursos gratuitos para aprender idiomas.