Lección pasada de moda (Reseña)

Javier Marías, Lección Pasada de Moda, Galaxia Gutenberg, 2012, 189 pp.

leccion pasada de moda letras de lengua javier marias cubiertaNo será muy difícil para los entusiastas de la lengua castellana el identificarse de alguna manera con las ideas expuestas en este libro, pues en el mismo se exponen preocupaciones sobre la degradación de nuestra lengua.

El libro se realizó recopilando los textos dominicales de Marías que se publicaron en El País Semanal desde finales de los años ochenta hasta el mismo año de la edición.

Marías escribe acerca de la homogeneización, barbarismos, procacidad, y desuso del que es víctima el castellano, sin incurrir en el purismo o sinsentido de las exigencias desmedidas o inservibles; siempre bajo la comprensión de que las lenguas están vivas y son libres de cualquier ejercicio dictatorial.

El autor indaga en temas de mala traducción—donde no se conoce la lengua de procedencia ni la propia—, el desuso de términos aún válidos, la extinción de la variedad en los insultos y, en especial, de las exigencias insulsas de grupos «políticamente correctos» que insisten en imponer cambios en el diccionario o en el uso general de términos o palabras sin conocer su etimología.

Muestra de lo anterior son las peticiones de grupos feministas (a los que Marías llama más bien hembristas) de suprimir o incluir nuevos términos en el diccionario de la RAE, tomando una actitud epileptoide ante las respuestas negativas y el hecho de que, muy a su pesar, la RAE es un organismo que debe incluir palabras en el diccionario basándose en su uso y no en el desagrado que puedan causar.

Sobre esto, Marías escribió:

“¿Y qué me dicen de la aborrecida «hombre» como genérico? Tanto el instituto como la lumbrera docente Duarte y sus compinches (¿o será el lumbrero?) no la quieren ni en pintura, y abogan por «la humanidad» o «los seres humanos» en vez de «los hombres», etc.

Dos observaciones: ¿de dónde creen que deriva el adjetivo «humano» sino de la proscrita «hombre»? Es como admitir «caballuno» pero rechazar «caballo» (bueno, les sugiero mejor «yeguno»).

Y, ¿cuál creen los muy caballos o yeguas que es la etimología de «hombre»? Pues nada menos que el sustantivo latino humus, que significa «tierra» y que conservamos en verbos como «inhumar» o «exhumar».

Los latinos solían llamar más bien vir al varón. ¿Se les ocurre algo más neutro e inofensivo para denominar a todos que terrenal o terreno? Porque eso es lo que decimos, estrictamente, al hablar del «hombre».

Es un ruego: estudien y entérense un poco quienes aspiran a desvirtuar y manipular la lengua, antes de soltar más paridas. O paridos, si así prefieren, que para mí es lo mismo.” (p. 137)

Hay muchos más artículos como el anterior en el libro y, aunque la idea detrás de algunos es similar (pues son textos de columnas semanales), están organizados por temática a pesar de que las fechas de publicación originales tengan años de separación en algunos casos.

Esto hace al libro muy fácil de leer y la redacción de Marías es notable, lo que añade amenidad a su lectura.

Este libro no solo remarca vicios sociales y de ciertos grupos específicos, sino que también puede ayudar al lector a identificar errores comunes dentro de su propia práctica; después de todo es una crítica abierta y no tiene otro objetivo más que aquel de promover la autoevaluación y la conciencia en quien lo lea.

Yo lo considero un libro que vale la pena leer, y si lo anterior levanta tu interés te recomiendo que lo leas, ya que pasarás un buen rato con las anécdotas y opiniones de Marías, quien además de novelista es miembro de la Real Academia de la Lengua Española, misma institución a la que pone bajo la lupa más de un par de veces.

Así que, de tener la oportunidad, consigue el libro para darle una buena leída, no te arrepentirás.

Genaro Martínez