Voy a escribir de algo controversial.
No porque ame la controversia (soy de esas personas que preferirían que el conflicto no existiera) sino porque es importante y porque el silencio al respecto perjudica más de lo que ayuda.
Se trata de esto:
Aprendí idiomas gracias a mis privilegios.
Sí, soy muy buena con el lenguaje y lo amo, pero eso no fue lo que más me ayudó.
Lo que más ha contribuido a que domine el inglés, pueda platicar en francés, entienda algo de alemán y sepa qué dice el latín es que mi vida ha sido mucho más fácil que la de la mayoría de la población mundial.
Decir esto no resulta sencillo porque vivimos en una sociedad en la que se glorifica el sufrimiento.
Pero es necesario, es muy importante.
Si esto no tiene mucho sentido para ti aún, voy a explicarlo de otra forma:
Es más probable que una persona llegue a los 20 años teniendo un buen nivel de inglés si sus padres tienen formación universitaria y ellos mismos saben algo de esa lengua y le enseñaron palabras sueltas desde que era bebé y le pudieron pagar una escuela bilingüe y viajes al extranjero.
Es más probable que puedas meterte a estudiar alemán en la universidad si solo estás estudiando (y no también teniendo que trabajar para pagar tus estudios).
Es más probable que tengas más tiempo para repasar tus lecciones de un idioma si no tienes que dedicarle varias horas al día a ir a buscar agua, preparar comida, limpiar tu casa y cuidar a otras personas (porque nadie más lo va a hacer), además de trabajar.
Es más probable que aprendas otra lengua si la zona en la que vives sea un lugar donde te sientes con relativa seguridad a que si hay mucha violencia y no puedes relajarte por temor (pavor) a que pase algo que amenace tu integridad física o psicológica.
Es más probable que estudies un idioma si no estás en una relación tóxica de esas de las que no te puedes zafar.
Es más probable que te arriesgues a hablar con extraños para practicar si no tienes miedo que te discriminen por tu orientación o identidad sexual o de género.
Es más probable que estudies otro idioma si tu país no está en crisis o en guerra o con alguna especie de caos político.
Es más probable que le puedas dedicar el tiempo necesario a una lengua si no estás deprimido, o si no estás teniendo ataques de pánico o si no tienes algún otro desafío de salud mental.
Es más probable que puedas memorizar palabras y frases si vives cerca de tu trabajo (vs hacer 4 horas al día de trayecto, como mucha gente que conozco).
Es más probable que hagas cualquier cosa que podría acelerar tu aprendizaje de una lengua si no tienes miedo de que te juzguen por el tamaño o apariencia de tu cuerpo, por tu color de piel o por tu nivel sociocultural.
Es más probable que puedas pagar clases particulares o de cualquier tipo si ganas más que el salario mínimo.
Es más probable que hables y escribas una lengua con fluidez si no tienes ningún tipo de discapacidad física o intelectual.
Y la lista podría seguir hasta el fin de los tiempos.
Si no has podido aprender una lengua a pesar de haberlo intentado decenas de veces, muy probablemente no sea tu culpa, sino la de un montón de factores, la mayoría sociales, que te lo han impedido.
Voy a decirlo otra vez pero quiero que mientras lo lees dejes que te entre cada palabra en lo más profundo de tu ser:
NO
ES
TU
CULPA.
No eres floja.
No eres indisciplinado.
No eres tonta ni «malo» para los idiomas.
El «secreto del éxito» no es más esfuerzo, ni más ganas, ni más decisión ni más autoabuso.
Claro que la dedicación ayuda, no estoy diciendo que no.
Claro que hay decenas de ejemplos de personas que lograron aprender lenguas (o lograr cualquier cosa) contra todo pronóstico y en situaciones adversas.
Y qué bueno, de verdad me da mucho gusto que eso exista y te felicito si ese ha sido tu caso.
Solo ten en cuenta que no es la norma.
Lo común es que mientras más cuestiones de este tipo tengas, más difícil te van a resultar muchas cosas. Y aprender otro idioma no es una excepción.
La vida es difícil para todas las personas. A todos nos pueden pasar cosas catastróficas en cualquier momento, nadie es inmune.
Pero hay elementos que hacen que tu vida sea más fácil por el simple hecho de haber nacido así.
Por ejemplo, si tu color de piel es blanco o más blanco que el del grueso de la población del lugar donde vives.
O si naciste en un país desarrollado o en una zona próspera (como una capital) en un país en vías de desarrollo.
Si no tienes ninguna discapacidad o enfermedad crónica.
Todo eso hace que tu vida sea más fácil y que tengas más espacio para aprender una, dos tres o cinco lenguas.
Esto podría explicar por qué muchas personas admiran tanto a quienes hablan más de una lengua o quienes tienen un nivel alto de inglés, por ejemplo. Porque necesitas muchas ventajas sociales para hacerlo.
Necesitas tener tus necesidades básicas cubiertas, necesitas TIEMPO, que en un mundo como este es un lujo. Necesitas una estabilidad emocional relativa.
Yo fui notando esto con el paso de los años.
Si lees mis posts de hace nueve años (ay), verás que tenía el discurso de Si quieres puedes. Si yo pude, tú puedes.
Pero ahora que me jacto de ser una persona más consciente de lo que era antes, veo cuán ignorante yo era*, cuán equivocado es ese discurso y cuán prevalente sigue siendo.
*Ya lo estoy admitiendo yo,
no necesitas recalcármelo en
los comentarios, gracias.
Pon atención y verás que muchas de las personas que usan ese discurso, no solo para los idiomas, sino que te venden ayuda para lograr cualquier cosa, tienden a ser más o menos iguales: hombres blancos heterosexuales de un país de primer mundo.
(Y si no, son mujeres blancas heterosexuales).
No estoy aquí para decirte que no los contrates o que no los leas.
Solo que cuestiones cuando te dicen «Si yo pude tú puedes» porque lo más seguro es que no tengan en cuenta que a veces no es cuestión de querer, sino de que te lo permitan todos los factores alrededor de tu vida y de tu voluntad de aprender o de hacer algo.
Y, sobre todo, que no te compares con ellos. (!)
Si no has encontrado el tiempo, el espacio emocional, o no has tenido la capacidad o siquiera la voluntad de aprender otra lengua, o si lo has intentado muchas veces pero no has podido, no es tu culpa.
No son defectos psicológicos o de carácter, como nos han hecho creer.
Son factores sociales, muchos de los cuales, si no es que todos, están fuera de tu control.
Esta realidad es muy dura.
No es que no se pueda hacer nada al respecto. Pero lo primero que hay que hacer es ser conscientes y nombrarlo.
Voy a escribir más sobre esto y sobre qué se puede hacer.
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Sé que muchas personas van a estar en desacuerdo conmigo.
Que van a comentar que estoy exagerando, que no es para tanto, que el que quiere puede.
Me van a contar historias de cómo su prima Pachita logró lo inconcebible y por lo tanto lo que digo no es verdad.
No busco que todo mundo esté de acuerdo conmigo. Escribo esto para quien necesita escucharlo.
Si sientes que algo se libera dentro de tu ser al leer esto, házmelo saber, porque eso significa que estas palabras son para ti.