Esta entrada habla sobre algo tal vez controversial pero muy importante desde mi punto de vista.
Mucha gente viene cargando una lengua o más (casi siempre el inglés), como un innecesario lastre.
Y si una parte de su mente siquiera sugiere abandonarla, entra todo un ejército de voces a decirle NO QUÉ TE PASA NO PUEDES HACER ESO.
¿Y si sí puedes?
Quiero proponerte, sólo como una idea que guardes en tu mente (si se siente como algo demasiado alocado), que dejes ir a esa lengua que, hablando con honestidad, no quieres estudiar.
Ya no intentes estudiarla.
Ya no digas que la tienes pendiente.
Ya no te propongas cada nuevo año retomar las clases o dominarla de una vez por todas.
Ya déjala ir y ponte a hacer otras cosas.
¿Cómo se siente leer eso?
En caso de que sientas alivio, disfrútalo y llévalo a tu vida.
Sin embargo, si eres como muchas personas con las que he hablado, seguramente estás sintiendo miedo mezclado con culpa y hasta algo de agobio, temor sobre tu futuro y ganas de salir corriendo.
Tal vez estás pensando que me volví medio loca porque mi «deber» como persona que lleva años escribiendo sobre idiomas es promover su aprendizaje, no su abandono.
Pero no, es real: si en el fondo (o el no-tan-fondo) no te interesa aprender esa lengua, o si ya pasó de moda en tu vida o ya aprendiste todo lo que sentías que tenías que aprender aunque no la domines, suéltala. Tienes permiso.
Muchas veces, decirnos a nosotras mismas que seguimos teniendo pendiente el inglés nos da cierta tranquilidad mental.
Sobre todo cuando lo comentamos frente a los demás.
No es lo mismo mencionar: «No sé mucho inglés» y arriesgarnos a las reacciones de otras personas —casi siempre cargadas de juicios, proyecciones y repeticiones de ideas que crecieron escuchando— a decir: «Tengo un nivel intermedio pero el próximo mes empiezo otro curso, mira qué buena persona soy y lo bien que encajo en este grupo social».
Es comprensible: cuando una lengua (aquí sí es como 90% inglés para los hispanohablantes) se convierte en una insignia de prestigio social, admitir que no la hablamos es casi como decir que no nos importa pertenecer a nuestra sociedad. Y nadie nadie nadie quiere eso.
Por ello, entre otras razones, nos resulta tan fácil convencernos de que queremos seguir aprendiendo la lengua y a veces hasta mentirnos de que nos importa mucho más de lo que realmente lo hace.
Lo que no estoy diciendo:
No estoy diciendo que aprender o dominar X lengua no vaya a ser benéfico para ti.
Ni que el hecho de que lleves años y años sin ponerte a estudiarla implica automáticamente que no te importa. (No, no, tus razones tendrás y son válidas).
No digo que todas las personas deben dejar ir las lenguas que se sienten obligadas a estudiar sólo porque así lo perciben.
Ni que, si sientes que no es el momento de dejarla ir, TENGAS QUE hacerlo.
Sólo estoy diciendo lo siguiente:
Si sientes que quieres mandar muy lejos una lengua pero notas mucha presión, de ti misma(o) o de la gente que te rodea, para seguirte forzando a estudiarla, tienes permiso de hacerlo
Si una lengua te causa más dolores de cabeza que beneficios o entusiasmo, déjala ir.
Sin culpa.
Puedes decir:
Ya no voy a intentar aprender X y ya no voy a hacerme creer que me importa si la verdad es que no lo hace. Voy a dedicar mi valioso tiempo y energía a cosas que sí quiero hacer y que si me satisfagan y que estén alineadas con lo que siento que es mi propósito en esta vida
Claro que probablemente haya consecuencias. Aunque, seguramente, algunas ya las estás viviendo en este momento.
Y tienes que estar dispuesta(o) a enfrentarlas. (A pesar de que también es probable que no pase absolutamente nada).
Pero si estás dejando ir una lengua desde un buen lugar de tu ser (es decir, no como una reacción de enojo o de impotencia o de frustración, sino desde la seguridad de que no es algo que desees hacer en esta vida), vas a poder con lo que surja.
Quédate con esto
No toda la gente necesita, para ser feliz o lo que sea, saber la lengua que vienes arrastrando.
Quizá viniste a este mundo a tener tu propia definición de éxito, y eso no incluye el inglés (o el idioma que sea).
Hay gente que ha logrado muchas cosas muy hermosas sin hablar la lengua con más prestigio en su momento y geografía.
Y está bien.
Aunque te mentiría si te dijera que el 100% del proceso de aprendizaje es un lecho de rosas, sí estoy convencida de que es algo que en general se necesita disfrutar más que sufrir.
Y si lo estás padeciendo demasiado o te estás forzando a hacerlo, incluso después de haberlo intentado de muchas formas, quizás sea momento de dejar partir ese idioma y sentir la libertad que eso te puede otorgar.
¿Qué opinas?
Comparte este texto con una persona torturada por la obligación moral de aprender una lengua.
Si no sólo no te parece descabellada esta idea, sino que te interesaría intentarlo pero no sabes muy bien cómo, escríbemelo en un comentario a fin de que redacte un tutorial para dejar ir una lengua. Solo lo haré si recibo comentarios. 🙂
Me pregunto porque aprendo el español y porque me importa tanto. Pero me importa. Cómo alguien puede lograr tener dos idiomas en el mismo cerebro, como puede interiorizar la nueva lengua y crear la conexión a como decir algo en el idioma de destino, todo esto me fascina. Esto me ayuda a mejorar ya que amo el estudio. Para mí, aprender el español es como aprender música y después de mucho tiempo y esfuerzo quiero ser capaz de oír cuando me equivoque al hablar.
A veces no hay una razón por la que nos gusta tanto una lengua 🙂
Sigue así, pronto llegarás a ese nivel que deseas. Saludos