El mes de agosto terminó, lo que significa que es hora de hacer el segundo recuento del año. La primera parte fue publicada en abril y la tercera lo será a finales de año, en diciembre.
El objetivo de estos recuentos es 1) hacer un esfuerzo por plasmar mi vida, lo cual me permite ver qué va bien y qué puede mejorar, así como recordar lo que he hecho y me ha pasado; 2) que me conozcas más, 3) contagiarte las ganas de escribir algo similar.
En cuanto a estos cuatro meses del 2016, ya sé que es el cliché más común del mundo, pero se me pasaron súper rápido.
Mayo
En mayo me dediqué a desarrollar un programa para ayudarte directamente (es decir, no a través de un libro o curso) a encontrar una manera de aprender idiomas que funcione para ti.
Por una parte fue muy emocionante y por otra fue aterrador (como cada vez que lanzo algo nuevo que yo creé y que nadie me dijo que creara).
Y aunque me veo obligada a lidiar con mucha incertidumbre, al final vale la pena porque es lo que me gusta hacer, poner mis conocimientos y mi(s) experiencia(s) al servicio de la gente que lo necesita, y porque aprendo muchísimo sobre… todo.
Junio
Necesitas otra lengua cumplió 6 años. Seis. Años. What. The. F***.
Entre otras cosas, tomé por azares del destino un taller de musicoterapia humanista y aunque fue un poco incómodo, me ayudó a entender por fin algo feo que me pasó hace varios años y que, a pesar de que había hecho un montón de cosas para sanarlo / comprenderlo / tratarlo / trabajarlo / etc., no había avanzado tanto como lo hice en las 12 horas del taller.
Quizá suene exagerado, pero en muchos sentidos hubo un antes y un después de ese taller, y siento un gran alivio cuando pienso en todo aquello a lo que le dije que sí para haber estado ahí, aun cuando pudo haber sido más fácil decirme a mí misma que no.
En junio también descubrí la manera más fácil de hacer hand lettering, algo que siempre había querido hacer pero que creía que era súper complicado, y me puse a practicar y practicar de manera semi obsesiva (como buena Scanner que soy) lo cual me generó mucha satisfacción y alegría.
Julio
Este mes, por fin, después de mucho tiempo de no lograrlo, tomé valor y decidí revisar muchos recovecos de mi cuarto / habitación y me deshice de lo que no me hacía feliz conservar.
Lo sorprendente fue que al final, cuando mi escritorio quedó limpio, me sentí muy ligera y muy feliz pero a otro nivel, no solo en cuanto a «mi escritorio está hermoso» sino como si hubiera hecho una depuración profunda de mis emociones, o algo parecido.
En este mes también empecé a leer e investigar sobre un tema apasionante, extraño y súper útil relacionado con las emociones del que tal vez hable en siguientes entradas (todavía no sé cómo porque no entra en el paradigma actual de… casi nada).
Y en este mes también tuve la maravillosa oportunidad de [trabajar] con un grupo de niñas durante tres semanas en las que no solo le perdí el miedo a los niños en general, sino que me di cuenta de que tienen mucho más que enseñarme a mí de lo que yo podría enseñarle a ellos y ellas.
Agosto
Ni siquiera me di cuenta de cómo fue, pero de repente ya era 20 de agosto, con su respectivo «ya se acabó el año».
Este mes decidí poner manos a la obra en un proyecto más (sí, amo los proyectos, no puedo evitarlo) y creé un par de sistemas que me han hecho, hasta ahora, todo mucho más fácil.
Me siento centrada, comprometida y concentrada en el mejor de los sentidos, y no, como en otras ocasiones, rebelde (hacia mí misma) por estar forzada (por mí misma) a llevar a cabo determinadas actividades en X momento.
Sobra decir que esto ha sido un gran avance y que estoy muy orgullosa de mí misma pues, entre otras cosas, ahora publico todos los días en la página de Facebook del blog (sí le diste «Me gusta», ¿verdad?) y me siento mucho más «productiva» y creativa que antes.
En conclusión, estos meses han sido de experiencias tremendamente enriquecedoras y muy profundas, de cosas que me han hecho sentirme intensamente agradecida de haberme arriesgado a hacerlas, y que me han dejado experiencias que se van a quedar conmigo por el resto de mi vida.
Cosas maravillosas de estos cuatro meses:
- Tener tiempo para leer muchos libros a la velocidad a la que me interesa leerlos (mi definición parcial de «felicidad»).
- Haber tenido una conversación «normal» (o sea, no para practicar) con una estadunidense y haberme dado cuenta de que no tuve el menor asomo de nervios o miedo lingüístico antes, durante o después. Confianza total en mi inglés, aun cuando sé que no es 100% perfecto (ni siquiera mi español es 100% perfecto; nada lo es).
- Ser valiente e ir al doctor por un problema que yo creía que era complicadísimo y que tuvo la resolución más amable del mundo.
- Ver con una claridad absoluta cómo las cosas que sí eran para mí fluían y salían bien y las que no, simplemente no.
- Tener una copia de este libro firmada y entregada en mis manos por el autor mismo :))
- Tomar «té» de jengibre, ajo y canela con miel y limón y ver cómo se me quitaba, en 7 días exactos y como por arte de magia, una tos incomodísima que me había durado varias semanas y que los medicamentos no arreglaban.
- ¡Ir al teatro! ¿Ya dije que me gusta mucho el teatro? Pues eso, me encanta.
- Seguir escribiendo aquí después de tanto tiempo, y sobre todo, atreverme por fin a que Necesitas otra lengua evolucione.
- Darme cuenta de toda la gente maravillosa que este blog me ha permitido conocer, y de todas las formas en las que, a través de él puedo «actualizar»—como se dice en inglés—mucho de aquello por lo que siento que vine al mundo.
Gracias por estar aquí, y ___________ [inserte cursilerías mil]
❤
Bueno es muy simpático como llevas a la gente a buscar un cambio y tu no sólo con tus palabras me lo das y tras del cuento me convences de hablar inglés o eres increíble o eres espiritual a
Me encanta tu blog, cada post es interesantísimo, gracias por compartir.
Me encanta tu blog, cada post es interesantísimo, gracias por compartir.
Gracias, Claiton 🙂