Si pudiera hacer que una sola idea le quedara clara a todas las personas que quisieran empezar a aprender otro idioma sería esta frase que Marie Forleo repite sin cansarse:
“Clarity comes from engagement, not thought.”
Un hábito más o menos perjudicial que veo mucho en aquellos a quienes les comienza a hacer ruido la idea de aprender otro idioma es buscar opiniones en el exterior.
«Busqué en Internet acerca del ruso, y encontré que es muy difícil»
«Mi familia me dice que mejor aprenda inglés porque es el idioma que más me va a servir en el futuro»
«Quiero aprender mandarín, pero escuché que casi nadie puede aprender bien la escritura, entonces me desanimé»
Tiene todo el sentido del mundo que queramos buscar información antes de tomar decisiones. Sobre todo si se trata de algo que tiene tantos mitos y fantasmas alrededor, como aprender otro idioma. Queremos que nos salga bien, no que sea un fracaso y una frustración o decepción.
Sin embargo, la única forma en la que vamos a saber si el ruso es difícil para nosotros o si no vamos a poder aprender bien la escritura china es aprendiendo ruso e intentando escribir el mandarín.
La gente varía. Quien escribió lo que leíste es diferente a ti. Quien dijo lo que escuchaste tiene una visión del mundo muy distinta a la tuya. Y aun si la dificultad de ciertas lenguas fuera objetivamente comprobable (no lo es del todo), hay un factor que estas personas que opinan están dejando de lado:
La pasión mueve montañas
Si comienzas a aprender hebreo y te empiezas a enamorar del hebreo y solo quieres hablar, pensar y comer en hebreo, ¿crees que te va a importar que sea complejo? Quizá terminas dominándolo sin entender exactamente de dónde surgió la idea de que era difícil.
Si lo odias, el hebreo va a convertirse en la lengua más difícil del mundo para ti.
Y es muy difícil saber si una lengua te va a gustar solo por verla «de lejos». Tienes que empaparte de un idioma para saber si lo vas a amar.
Deja de buscar opiniones en Google, y deja de preguntarle a los demás.
La única respuesta válida y certera para ti va a venir de tu interior y de tu experiencia.
Por lo tanto, comienza a rodearte del idioma que te interesa, mantén una mente abierta (que pueda dejar de lado las opiniones externas que inevitablemente se han ido juntando) y empieza a construir tu propio criterio.
La claridad se obtiene haciendo, no pensando.
¿Alguna vez tu opinión sobre una lengua resultó ser totalmente distinta de lo que pensabas antes de aprenderla?
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Foto de Evan Leeson
yo empece a estudiar japones desde hace un par de años y me encanta. Gracias Georgina me gusta mucho tu blog 🙂
Qué bueno, mica! Gracias 🙂
Gracias por tus palabras, son muy inspiradoras. Voy a seguir intentando con el japonés. 🙂
Qué bien, Nathalie!
Justamente aprendí hebreo, terminó gustándome más de lo que yo pensé. Es importante mantener la motivación para aprenderlo, tener a alguien que pueda echarte una mano con los aspectos que se te dificulten. Muchas personas te dirán:» y ese idioma como para qué», jajajajaja, pero si una de tus respuestas es: «por el gusto de aprenderlo», ya tendrás mucho de avance. Saludos Georgina.
¡Qué chistoso! Gracias, Elías. Me encanta la idea de responder que es por gusto, que es una recompensa en sí mismo. Saludos.
Hola Georgina
Tienes razón, pasa con todo. Cuando voy a comprar algo o aprender algo o me interesa un libro, lo pregunto en internet, a sabiendas de que son opiniones de gente que no tienen nada que ver conmigo ni con mi manera de pensar. No me ha pasado en el caso de cuando empecé con el inglés por que en este caso lo tenía claro, pero si, es una mala costumbre.
Leer reseñas de libros es adictivo!
Saludos
Recientemente me hice esa pregunta… gracias por sacar las dudas de mi cabeza 😀
¡Qué bien!
¡Enhorabuena por tu blog ! Me gusta mucho !
¡Gracias!
You make me smile and nod. 🙂
I’m glad you smile 🙂