Cuando pruebo leer otros blogs o páginas sobre el aprendizaje de idiomas, la mayoría de las veces no puedo evitar sentirme incómoda.
Algunos dicen que estar en clases está mal, que no usar el último software de repetición espaciada (SRS) te hace estar perdiendo el tiempo, que la única manera de aprender es hablando con otras personas desde el primer día…
Como si hubiera UNA forma correcta de aprender idiomas, y como si el simple hecho de estar haciendo algo —lo que sea— por adquirir otra lengua no fuera suficiente. (Sí lo es).
Me hacen sentir como si me estuvieran regañando.
¿A ti no?
Seres soberanos
Últimamente he estado pensando mucho en cómo la soberanía de las personas es algo que se toma por sentado, pero en un mal sentido.
Es cada vez más común ver cómo se olvida que nosotros mismos somos los únicos que podemos decidir a qué darle prioridad en nuestras vidas, y cómo el gobierno y otras personas se toman la libertad de decirnos qué hacer, qué comer, qué pensar.
En cierto sentido sabía que esto existía, pero desde hace unos meses me he vuelto muy perceptiva a cuando algunos se quieren meter en la vida de los otros, incluso con un supuesto amor con mano dura que «es por su bien». (Lo que en inglés llaman concern trolling).
Por lo tanto, surgió en mí la necesidad de escribir esta entrada, para recordar que cada quién tiene derecho de hacer o no lo que le parezca bien para su propia vida. Sobre todo, evidentemente, en términos de lo que hace o deja de hacer con respecto a los idiomas.
Ergo,
Permiso
Tienes permiso de no querer aprender otro idioma.
Tienes permiso de llevar 2, 15 o 37 años en el mismo nivel de inglés.
Tienes permiso de aprender sólo algunas frases de todas y cada una de las 30 lenguas que te interesan.
Tienes permiso de nunca llegar a niveles avanzados en los idiomas que alguna vez estudiaste.
Tienes permiso de querer ser la o el políglota más famosa(o) de todo el Internet (o del mundo entero).
Tienes permiso de platicar sobre idiomas todo el tiempo, o de nunca mencionar que hablas varias lenguas.
Tienes permiso de aprender una lengua sólo para leer novelas (o cualquier otro tipo de texto) y no usarla nunca para hablar.
Tienes permiso de odiar la gramática, o de ser un grammar nerd.
Tienes permiso de no querer aprender a escribir kanjis y aun así amar el japonés.
Tienes permiso de pensar que adquirir otra lengua no sirve para nada, o de creer que puede ser lo más útil que aprendas jamás.
Tienes permiso de cantar canciones en otro idioma aunque no tengas ni la menor idea de qué estás diciendo.
Tienes permiso de que te dé miedo hablar con extranjeros que te podrían ayudar a practicar.
Tienes permiso de querer hablar todas las lenguas del mundo.
Tienes permiso de abandonar una lengua por cualquier motivo y en cualquier momento y hasta dejar que se te olvide.
Tienes permiso de amar los idiomas, decidir que son muy importantes para ti, y aun así, por la razón que sea, llenar de otras cosas tu vida cotidiana.
Tienes permiso de decir que hablas otra lengua aunque no la domines.
Tienes permiso de sentir envidia de la gente que habla más lenguas que tú, o que las habla mejor.
Tienes permiso de no haber viajado al país donde hablan la lengua que te apasiona. (E incluso de que no te llame la atención hacerlo).
Tienes permiso de escribir con mala ortografía, de hablar con un acento marcado, de leer lento y de no entenderle nada a los extranjeros que hablan rápido.
Tienes permiso de estudiar una lengua, abandonarla, retomarla, frustrarte, tener esperanza otra vez, intentar otra cosa, desesperarte de nuevo, y repetir todo eso varias veces en tu vida.
Creo que todo se podría resumir en: nada de lo que estás haciendo o has hecho con los idiomas está mal.
Este permiso no te lo estoy dando yo, sino el simple hecho de que así es la vida y de que no existen leyes que regulen a los aprendices de idiomas (al menos no en este tipo de cosas).
Si bien parece que muchas de estas frases contradicen algunas otras cosas que he escrito en el pasado, no es del todo cierto.
En realidad, yo he tenido claro desde el inicio de este blog que no puedes obligar a nadie a hacer algo sólo porque te parece lo correcto, y he escrito bajo el entendido de que quien lee Necesitas otra lengua sabe que sólo se trata de un conjunto de opciones que dicen más o menos así:
Mira, esto existe y creo que te podría servir si es lo que estás buscando (aunque tal vez no sepas que lo estás buscando y por eso mostrártelo es un placer para mí), pero no tienes por qué hacerme caso si no es lo que necesitas.
Sólo son opciones, y cada quién toma las que quiere. O no.
Más y más ideas de los permisos que todos tenemos, en los comentarios.
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Foto de Martin Fisch
Me gusto tu forma de pensar es como me siento pero que nunca lo pude expresar en palabras, estoy aprendiendo japones por mi cuenta y aunque voy lento y me ven raro a mi me encanta, empece con chino y luego coreano pero al no tener una guia o un plan los deje ahora voy con todo con el japones, siento que los idiomas nos ayudan no solo a entender a otros sino a nosotros mismos esta padre blog sigue asi 😀
Eres muy divertida, jeje. y no lo digo irónicamente. Y ya que estamos en plan de «dejar de lado las presiones» (que es lo que me produjo leerte – no sé si entendí mal, no me importa). Quiero gritar que estoy dejando de lado el catalán por un tiempo porque pensé que era más fácil, quiero gritar que no me interesa hacer donaciones a tu blog, no tengo plata y por último quiero gritar ¡que tu blog es fantástico! Gracias por existir, Georgina !
Dejar de lado las presiones, sí. Gracias a ti por leer, Sebastián.
Hola Georgina, después de leerte me dí permiso y valor para aprender inglés,¡ sí …a mi edad, 42 años!….¡No quiero morir sin saberlo! , ¡No quiero perderme más en aereopuertos ni no entender las instrucciones en los paseos! Te mando abrazos y saludos.
🙂 espero que tu muerte este muy lejos aún, pero me da mucho gusto lo que escribes 😀 te mando un abrazo, Adriana.
Hola Georgina, me encantó esta entrada…creo que también tenemos permitido cansarnos del idioma que estamos estudiando (y que antes tanto nos apasionaba) 🙂 saludos!
¡Cierto! Buen aporte. Gracias, Victoria 🙂
Georgina cuanta razón estoy en unos de esos momento difíciles del idioma ya tengo mucho avanzado 1 año y medio estudiando ruso pero desde hace unos meses no tengo el mismo interes esas ganas que tenia cuando inicie me encanta poder escuchar música en ese idioma y poder cantarla sin problema, pero cuando tengo que comunicarme ufff es una pesadilla lamentable mente donde vivo muy pocas personas hablan este idioma y es difícil practicar con una persona pero bueno tengo que dar me animo y seguir saludos
O déjalo reposar, tampoco está mal descansar un momento del ruso. 🙂 Pero sí, date ánimo para lo que necesites.
Totalmente de acuerdo, tanto en ésto como en todas las cosas de la vida cada uno tiene su propio ritmo, su forma de ver las cosas, de hacerlas, de sentirlas…
Cierto, Ernesto. Gracias.
Hola Georgina,
A mí a veces me critican porque estudié ruso unos años y luego me lo dejé. Tenía que hacerlo porque ya no lo disfrutaba. Pero siempre hay alguien que me recuerda que no lo ‘terminé’. No descarto retomarlo, pero lo haré cuando me apetezca. Sin presiones externas.
Muy buen post.
Saludos desde España.
Gracias, Juan. Ojalá que cuando retomes el ruso lo disfrutes, y que sigas zafándote de esas presiones. Saludos hasta España.