Ser tímido es lo peor del mundo. (Excepto cuando no lo es)

La última entrada que publiqué, en la que hablo de cómo aprendí a ser amable conmigo misma y mis imperfecciones después de haberme sentido mal por haber dejado pasar una oportunidad muy valiosa, recibió muchos comentarios en muy poco tiempo.

(Creo que rompimos un récord, muchachos :P)

Algunos fueron empáticos, otros contaban sus historias. Pero lo que destacó fue la cantidad de consejos que (¿me?) escribieron en ellos, resumidos todos en «hay que cambiar, hay que dejar de ser así y de hacer eso».

Yo sé que son bienintencionados pero, a decir verdad, me sorprendió que me sorprendiera que se piense que es necesario superar la timidez o los temores como se supera una adicción o una enfermedad.

Timid Visitor

El texto

Tenía escrita esa entrada desde hacía ya varias semanas. No quería publicarla porque sentía que no era mi estilo general aquí en el blog, pero me animé a hacerlo por dos razones.

La primera: llevaba dos semanas sin publicar y era el único borrador decente que tenía. Si no publicaba, se iba a generar un campo de fuerza metafórico alrededor del blog y no iba a poder escribir nada más. Así me pasa.

La segunda: quería ver qué sucedía si ponía en práctica algo de lo que ya había oído hablar en otros lados, pero que Neil Gaiman dice de la manera más transparente:

The moment that you feel that, just possibly, you’re walking down the street naked, exposing too much of your heart and your mind and what exists on the inside, showing too much of yourself, that’s the moment you may be starting to get it right. (Traducción)

Sólo quería entender a qué se refería. En carne propia.

Y créeme cuando te digo que, sin duda alguna, desde que publiqué esa entrada hasta… ahora mismo, me he sentido casi demasiado expuesta.

Pero si hay alguien a quien le gustan los experimentos y todas las enseñanzas que conllevan, es a mí. Por eso lo hice.

Las lecciones

Aprendí por qué Havi Brooks escribe una nota al final de cada entrada. Un «Refugio para los comentarios»:

This [blog] is a place of safety for creative play and exploration, with a very non-dogmatic approach. We don’t tell each other how to ask for things and we don’t give unsolicited advice. We play.

También comprendí que, cuando hablo de mis experiencias, o mis procesos mentales —por llamarlos de algún modo— tengo que ser más clara para que no se malinterpreten.

Sin embargo, lo que me quedó más claro que el agua fue que yo estoy en otra frecuencia radiofónica, y me olvidé de sintonizarlos, queridos lectores, o de pedirles que lo hicieran.

Estación 1: «Ser tímido es lo peor del mundo»…

Verán: yo siempre he sido una persona que podría entrar en la clasificación de «introvertida». Tengo algunos problemas con esa etiqueta, pero no puedo evitarlo: yo soy así.

Soy más callada que platicadora, más tímida que escandalosa; no me gusta el ruido y adoro los libros.

Hace muchos años, yo detestaba ser así porque la cultura se la pasa diciéndonos que te pierdes de todo, que lo divertido es emborracharse hasta el amanecer, lanzarse de un paracaídas y del bungee y haberte roto 6.3 huesos antes de cumplir los 18 años.

Tuve muchos problemas, incluso de salud, por intentar ir en contra de mi naturaleza. Sobre todo, me daba cuenta de que cuando hacía las cosas que era «normal» que hiciera una persona de mi ciudad / edad / escuela / inteligencia / talla / lo que sea, no me la pasaba bien. Y vaya que sufría.

Conforme fui madurando y obteniendo información sobre cómo es la gente y cómo funcionan nuestras cabezas, me di cuenta de que no tenía ningún sentido ir en contra de lo que yo era.

Primero, me dejé de presionar tanto. Aprendí a ser una buena conversadora, busqué perfeccionar mis habilidades sociales porque es importante y porque, a fin de cuentas, sí me gusta la gente.

Segundo, comencé a respetar más mis limitaciones, mis deseos de quedarme a dormir en vez de ir a las fiestas, mi necesidad por taparme los oídos cuando hay sonidos muy fuertes.

Y después, poco a poco, empecé a aceptarlo y a apreciarlo. Es una de las cosas más difíciles que he hecho, sobre todo porque a cada paso hay alguien que te dice que ser como eres está mal. Créeme, les digo. Si yo hubiera podido decidir, no habría pedido ser así. (No porque sea malo, sino porque a veces se sufre).

Pero así soy. Me hace mucho más feliz entender cómo puedo pasármela bien según mis propios términos que aventarme a probar un montón de cosas (que nunca me interesó hacer desde el principio) con la única finalidad de sentirme «normal», o de creer que ya no tengo ese terrible problema de la introversión / timidez.

(Estación 2) «…excepto cuando no lo es».

De verdad me gustaría que en algún momento de la vida la gente pudiera dejar de maltratar a los que no encajan. Sería hermoso.

Pero mientras eso ocurre, yo decidí empezar a no maltratarme a mí misma, a dejar que no me afecte ese desgraciado discurso de que tienes algún problema si no eres extrovertido y escandaloso, de que las excusas son para los débiles.

Si escribo esta entrada (además de para que te puedas identificar) es porque cambiar de

«necesito ser normal y soy un pedazo de basura por no hacer x cosa loca que está de moda»

a

«así soy, así me puedo agradar y si parto de aquí puedo hacer cosas que realmente me gusten a mí«

fue una de las mejores cosas que he hecho por mí misma. Quizá te ha pasado y comprendas la sensación de alivio por saber que no tienes ningún problema y que puede estar bien ser así.

Y no sólo eso, sino que esa actitud es ridículamente efectiva para lograr cosas. Probablemente hable de esto en un futuro. 

Por otro lado, tal vez te sientas muy orgulloso de haber superado la timidez (o como le llames a aquello de lo que estemos hablando aquí).

En ese caso, te felicito y te admiro mucho. Me parece genial que hayas encontrado una forma de relacionarte contigo mismo que funcione para no frustrarte y aun así respetarte.

Pero si estás en el punto en el que abusas de ti mismo, te presionas para ser «normal», o te lastimas o enfermas cada vez que haces algo que en el fondo no querías llevar a cabo, entonces te doy la bienvenida al club de gente introvertida en una cultura habituada a la violencia.

La idea central de este ya largo post es transmitirte la noción de que ser calmado y silencioso no es una falla de la personalidad que debas corregir o cambiar en ti si no quieres, sino sólo una forma de ser, tan humana como cualquier otra.

Otra vez me siento desnuda, señor Gaiman. Maybe I’m getting it right this time?

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Foto de Bill & Vicki T

14 comentarios en “Ser tímido es lo peor del mundo. (Excepto cuando no lo es)

  1. Hola, hola.
    Hacía días que intentaba leer tu artículo, pero no me atrevía de puro ¨pudor¨ , ya que notaba que te salías completamente de los temas que había comentado antes y que es la razón por la que sigo tu blog. Pero OK, me animé y voy a decir algunas cosas, disculpa si meto las patas, intentaré no hacerlo.No quiero ser muy auto referente y decir algunas de las características de la idiosincrasia de mi país, pero en este tema de la timidez es casi imposible no referirse a esos puntos.Los chilenos en este ¨barrio¨ estamos considerados por tímidos, reservados, hasta melancólicos nos encontramos. Algunos extranjeros derechamente dicen que somos ¨fríos¨ (eso incluso lo escuché personalmente por casualidad, sin que hubiera un interlocutor chileno en la conversación) Fue muy divertido, no me molestan esos comentarios : ) Parto de ahí para referirme a mi personalidad, más bien sobria, algo tímido, pero nunca en la exageración. Creo que ayuda mucho el sentido del humor. Admito que algunas veces he sido el ¨alma¨ de la fiesta ( cuando estaba más joven, ¨lolo¨,adolescente, no me llaman mucho la atención las fiestas en realidad), pero eso sí, sin bailar, menos salsa, cumbia y esos ritmos tropicales, como muchos chilenos. En eso, una gotera tiene más ritmo que yo ( sólo bailo rock..jaja) En fin..
    Ahora lo literal de la cita que has puesto. El año 2002, en Santiago, un famoso fotógrafo norteamericano, Tunik, creo que es su apellido, hizo un controvertido trabajo fotográfico, sacar fotografías a personas totalmente desnudas, en algún lugar de la ciudad, algunos sectores conservadores se opusieron a eso y se creía que muy poca gente iba a asistir, dado las características del chileno que te he descrito anteriormente. ¿La respuesta de la gente? Rompió todas las espectativas, fueron más de 3.000 personas, de todos los sectores sociales y géneros de 18 hasta viejitos y viejitas de más de 80 años.
    Recuerdo que una amiga me había invitado a ir, pero todo tiene su límite, no pude aceptar esa ¨graciosa¨ invitación. Aún tengo algo de pudor.
    Un pequeño dato, admiré a esos ¨piluchos¨ ( ¨pilucho/a¨ , desnudo).El trabajo lo hicieron en la madrugada, en pleno invierno santiaguino, cuando la temperatura está bajo cero. Hacía muchísimo frío.
    Volviendo al tema más central, en esto de vencer la timidez no hay recetas únicas. Aunque suene a ¨lugar común¨ ( qué expresión más siútica..jeje) Uno debe conocer sus virtudes y limitaciones y de ahí a analizarse, y como sea, aceptase como uno es, ser auténtico, algunos caen hasta en el desagradable esnobismo por querer aparentar lo que no son. No tiene nada de malo ser algo tímido.
    Espero que no haya ¨guateado¨ mucho (aburrido) con mi post…jeje
    Saludos.

    1. Georgina

      No guateaste (?) con tu comentario. Yo sé que me salí del tema, pero era importante para mí escribir eso y dejarlo claro. Gracias por leer de cualquier forma

  2. Pan Lvnae

    Me encanta cómo tu blog se presta tanto al crecimiento personal. Creo que la mayoría de quienes apreciamos el silencio, la reflexión y los libros somos personas introvertidas, por eso te entiendo y te admiro. Muchos de nosotros sufrimos porque nadie supo orientarnos cuando lo necesitábamos, tengo entendido que el problema es principalmente una cuestión de occidente pues a diferencia de acá, en oriente es mucho más valorada la introversión que la extroversión.

    Considero que lo más duro de ser introvertido es que -seguro sonará petulante- tenemos pensamientos mucho más profundos, valiosos y poco apreciados que ese montón de idiotas que se la pasan gritando todo el tiempo hahaha así me lo parecieron siempre a mí.

    Entiendo mucho tu punto de respetarte y no odiarte por cosas que «no puedes cambiar» de ti, pero como te mencioné en la otra entrada -y lo mantengo como mi muy personal punto de vista- es, que el poder no es la capacidad de hacer algo sino decidir si hacerlo o no. Personalmente he realizado mucho trabajo de autoconocimiento y creo que temer no ayudar a un extranjero por miedo, es falta de seguridad en uno mismo, ese que sólo se quiebra superando ese MIEDO.

    No se trata de cambiar o hacer cosas que no nos gustan, sino superarnos a nosotros mismos y ser siempre mejores, a fin de que, cuando estés ante una situación similar, no digas «Tengo que ayudar!» sino «Me apetece ayudar», o quizás- «Puedo pero no me apetece»

    Pero como dije, es mi opinión y no por ello debe ser el camino para todos, yo no dejo de admirarte nunca, tomes la decisión que tomes. Gracias por todos tus textos (:

    1. Georgina

      Gracias a ti por compartir y mantener tu opinión de una forma respetuosa y agradable 🙂
      Estoy de acuerdo contigo, pero el problema que he visto con el acercamiento que mencionas es que mucha gente parte de querer superar esos miedos, o esa inseguridad, por ejemplo, con una actitud de violencia hacia sí mismos. (Tipo: «las excusas son para los débiles»)
      Lo que yo propongo es que partir de esa apreciación y «compasión» hacia uno mismo es mucho más efectivo que estar pensando «soy inseguro, soy temeroso, tengo un miedo que no debo tener, algo que debo superar, debo ser mejor porque estoy mal».
      Sé que no estás diciendo eso, y aunque estoy de acuerdo con lo que dices, realmente pienso que hay formas menos o más «salvajes» de «volverse mejor», y que hay que optar por la menos violenta porque es más sustentable y efectiva. Pero como bien dices, es sólo el camino que yo he encontrado, no el que creo que todos deben tomar.
      Saludos y gracias de nuevo.

  3. Хосуэ

    Wow, entré en este blog para aprender idiomas y me encuentro con esto. Así me he sentido toda mi vida, como que no encajo en ningún grupo. Siempre quise saber que existían más personas «así», que quieren ser ellos mismos y conservar sus ideales, que no cambian para agradar a los demás. Que amen el conocimiento, que aporten algo útil a los demás. Aprendí la diferencia de ser exageradamente tímido y no hablarle a nadie,a saludar ser educado, no tener miedo; pero no hablar por obligación, hablar por gusto y no temer a expresar lo que sientes.
    Ha sido un proceso bastante complicado. No voy a cambiar y a ser extrovertido, voy a ser yo y encontrar «introvertidos» para compartir cosas interesantes 🙂

  4. 100% identificado contigo. Sufrí mucho en mi niñez y adolescencia solo por ser callado (aún lo soy en muchas ocasiones), no ir a fiestas cada noche y no robarle el carro (coche) a mi papá para después estrellarme por ahí. Hay etapas en mi vida de adolescente que quisiera borrarlas por lo mal que me fue. Yo fui víctima de eso que ahora llaman bullying y que ahora está muy de moda, como si fuera algo nuevo. Todo por ser un «nerd» y diferente al común de la gente. Sin embargo, gracias a Dios, he aprendido a que ser así tiene sus cosas buenas, que no es una desgracia como te la pintan cuando estás creciendo, porque la sociedad impone que todos tenemos que ser iguales, es decir, borrachos, parranderos (gente que se la pasa de fiesta en fiesta), irresponsables, malos estudiantes, conformistas, etc., porque eso está bien visto. Un post muy interesante, así como todos los que escribes semanalmente. Lástima que no pude comentar tu post, sobre el señor francés que no pudiste ayudar, porque tu blog me pidió una clave y aunque creo que la tenía, se me olvidó completamente. Saludos.

    1. Georgina

      Gracias, Moisés. Qué raro lo de la clave, nadie me había dicho eso. Por lo visto ya se quitó porque pudiste comentar. Qué bueno que ya no sufres tanto. El bullying es terrible, yo también tuve mis dosis de eso. Saludos 🙂

  5. Lorena

    Me siento completamente representada por lo que cuentas. Al principio, cuando era adolescente, intentaba evitar mi forma de ser, cambiar.. pero la verdad que nunca me acostumbre a salir por las noches, tanta gente, ruido.. con el tiempo he aprendido a aceptarme a mi misma, a disfrutar tranquilamente de un buen libro o a tomar un cafe con una amiga y tener una conversación amena y definitivamente a quererme mas. Ya no me afecta cuando alguien me dice que soy «una abuela» o que soy una aburrida. He aprendido a hacer lo que me hace feliz. Quiza por eso estudiar lenguas, viajar y vivir en el extranjero, conocer gente nueva, etc, me motiva, sin necesidad de salir de fiesta continuamente y ver a la gente borracha sin ningún sentido. Tu blog me encanta, felicidades.

  6. Giovi

    Yo también he estado experimentando con ser como soy, pero hay
    algunas partes de mí que aún no acepto y he leído que mientras más
    uno se acepta así misma, mejor se lleva con las demás personas.
    Así que en el proceso de ser una persona empática con la gente
    esta aceptarse como uno es, pero es sólo el principio.
    Me encanta tu Blog.

    1. Georgina

      Gracias, Giovi. Es cierto. Yo creo, también, que es una mezcla entre modificar algunas cosas (como hábitos, por ejemplo) que nos traen consecuencias que no nos gustan, y aceptar lo que simplemente no podemos cambiar.

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