Nota: Esta entrada fue escrita por un invitado*.
En este mundo es indispensable armarse de un montón de competencias para llenar de calidad y cantidad tu hoja de vida con el propósito de conseguir un buen trabajo.
Es indiscutible que las lenguas son requisitos excluyentes en estos procesos de reclutamiento. Por esa razón he aprendido inglés y puedo decir que lo domino.
Sin embargo, también soy una persona muy meticulosa, le he tomado el gusto a ese idioma al fin y al cabo, y siempre trato de mejorar estudiando pequeños detalles.
Además del español y el inglés, sé italiano. Puedo entenderlo perfectamente, pero me hace falta practicarlo ya que no conozco muchas personas con las que pueda utilizarlo, y las veces que lo utilizo es básicamente en redes sociales y demás medios escritos.
En este momento estoy aprendiendo rumano por mis propios medios, y me ha gustado la experiencia una vez que entiendes el método para aprender idiomas. Inténtenlo, es divertido ser autodidacta.
Les dije que soy meticuloso, pero también soy un gran observador. Este par de características siempre me han incitado a buscar aquello que pocos –o nadie– sepan. Descubrir y crear conocimiento sería de los logros más importantes que podría conseguir en vida.
Por razones como estas, me gustaría estudiar Historia. Evidentemente viene el “pero”, y es que, básicamente, en mi país (Costa Rica) yo no podría vivir de esto, ni lo podría estudiar a un buen nivel como podría hacerlo en Europa.
He terminado la universidad, y tengo “dreamers’ disease”; tengo un buen empleo, pero sé que todo esto no me llena como persona. Me gustaría viajar, conocer el mundo y descubrirlo por mí mismo.
En el escenario perfecto, yo obtendría una beca para estudiar Historia en algún país europeo y a la vez aprovecharía la ocasión para ir conociendo países y sitios de interés cultural.
Mi interés por las lenguas creo que nunca cesará, y estoy convencido de que si comienzo a estudiar Historia será aún “peor”: las lenguas –según mi concepción– además de permitir comunicarnos, prácticamente nos dan una nueva perspectiva de nosotros mismos; no somos idénticos cuando hablamos una u otra lengua. Es una sensación bastante particular.
Obviamente, nuestra esencia es la misma, pero cada vez que cambiamos la lengua que hablamos es como si atravesáramos un portal que nos lleva a otra dimensión: nuevas caras, conversaciones, perspectivas y realidades.
Espero experimentar esa otra dimensión al estar en un país europeo estudiando Historia, cumpliendo varios sueños al mismo tiempo.
*Vladimir Camacho M., San José, Costa Rica. Como dato extra, también les puedo decir que me gusta escribir y he producido algunos cuentos. Soy muy admirador de los cuentos y en especial de E. A. Poe y H. P. Lovecraft. ¡Saludos!
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Foto de Xava du
Me gusta tu forma de ver la historia y las diferentes lenguas, que como tu dices nos abren un mundo nuevo de posibilidades y realidades, soy de Mexico y la verdad la carrera esta un tanto olvidada, pero no muerta el campo laboral es amplio aun que los sueldos varian dependiendo el enfoque que tomes. en lo personal estuarla me hace entender mi realidad y darle sentido.
soy estudiante de quinto semestre.
saludos
Es la primera vez que leo tu blog y me encanto, vivo en Argentina y me pasa lo mismo, quiero ser Historiadora, pero no tengo manera de implementarla exitosamente en mi País, comprendo ese sentimiento de ir a Europa, poder estudiar las culturas celtas, mesopotámicas, romanas, griegas, junto a sus lenguas.
Ojalá puedas realizarlo!!!!!
Me sentí realmente identificada cuando dijiste que te faltaba algo, me pasa lo mismo, pero no se de que manera seguir mi pasión pudiendo vivir de ello…
Si tienes alguna idea para aconsejarme, estoy mas que deseosa de oirla.
Desde ya, muchas gracias y mucha suerte!!!
Saludos
Creo que es la entrada que menos me ha aportado algo.
No todo es para todos.
interesante el comentario de como las lenguas abren nuevos mundos en muchas áreas, soy de Costa Rica también y sería excelente conversar con Vladimir Camacho y practicar italiano e inglés 🙂