Bastante seguido paso por un lugar donde dan clases de danza árabe. Hace unas semanas voltée a ver el cartel de afuera y no podía creer lo que mis ojos vieron en ese letrero que llevo años mirando sin mayor emoción ni sorpresa:
«Academia de danza árabe escritorio».
¿Escritorio?
Por alguna razón le llamaron Maktab (مكتب), que significa «escritorio» u «oficina», a la academia de danza.
No sé lo suficiente sobre la lengua o la cultura árabe como para saber si tiene sentido que se llame así, porque k-t-b es la raíz de «escribir», pero no pude evitar reírme pensando que sus alumnas pueden decir que van a la oficina a bailar la danza del vientre, o que aprendieron en el escritorio.
Eso siempre había estado ahí y de repente tomó otro significado. Sólo porque se me ocurrió estudiar árabe.
Así pasa todo el tiempo
Compruebo una y otra vez que aprender otros idiomas otorga muchas habilidades que te vuelven único porque de repente te conviertes en un radio que sintoniza muchas estaciones. Desarrollas algo parecido a una visión infrarroja con microscopio y binoculares incluidos. Tienes el superpoder de notar detalles que los demás pasan por alto.
Velcro mental
En Made to Stick, uno de mis libros favoritos de todos los tiempos, dice que hay una teoría de la memoria que la explica como si fuera de velcro: cuando uno ha aprendido algo, desarrolla un ganchito que permite que la tela se adhiera (como en la imagen).
Entre más sabes sobre el mundo, más ganchitos se crean, y entre más ganchitos tienes, más puedes entender, aprender, relacionar, y recordar sobre el mundo.
Esta teoría te puede ayudar a aprender mejor cualquier cosa: si partes de lo que ya sabes y aumentas poco a poco la dificultad o la complejidad de un tema (o de una lengua), tienes mayores probabilidades de recordarlo todo. Seguramente te ha pasado que lees sobre algo muy distinto a lo que estás acostumbrado leer y cuando terminas sientes que no se te pegó nada. Sucede porque no tenemos suficientes de esos ganchitos.
Las lenguas nuevas son como inyecciones de ganchitos. No sólo te hacen entender de otra manera a tu propia lengua, sino que te producen una curiosidad profunda en torno a la cultura de las personas que ven el mundo de la forma en la que ese idioma lo ve.
Cuando aprendes sobre las costumbres de otras personas, algo se mueve en tu cabeza y no puedes evitar cuestionarte sobre lo que tú haces día con día, o si a alguien le puede parecer lo más raro del mundo que no comas insectos. Poco a poco quieres saber más y más y entonces, quizá, te enamores de otra cultura.
Si no te enamoras, tal vez te pongas a reflexionar sobre tu existencia y tus hábitos, sobre tus creencias y tus prejuicios. O puedes enamorarte del simple hecho de conocer otras culturas a través de sus lenguas.
Tu vida nunca vuelve a ser igual. Y el mundo jamás se ve como se veía antes.
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Si bien aprender matemáticas o psicología o sociología o nutrición también aseguran que te llenes de ganchitos gracias a los cuales te vuelves una persona más culta y/o lista y/o interesante, me gusta de las lenguas que puedes saber más sobre el mundo sin estudiar directamente lo que dicen los expertos sobre él, sino adquiriendo la forma en la que se habla de él (las lenguas sirven para hablar del mundo).
A veces nos acostumbramos a todo lo anterior y dejamos de verlo. Esta entrada es un recordatorio de que no has perdido el tiempo con esto de adquirir otras lenguas.
Pienso mucho en una frase de Sylvia Plath que dice:
“I can never read all the books I want; I can never be all the people I want and live all the lives I want. I can never train myself in all the skills I want. And why do I want? I want to live and feel all the shades, tones and variations of mental and physical experience possible in life. And I am horribly limited.” (traducción)
Todos nos hemos sentido así de limitados en algún momento, pero realmente creo que todo lo que entra a tu vida gracias a la lengua que aprendes es un gran antídoto contra esta sensación.
Podemos hacer esto:
- Déjate llevar por tu curiosidad: Si ya sabes suficiente francés como para usar bien todos los tiempos verbales, quizá hayas dejado de practicarlo porque no se siente como algo necesario. Retomar esa curiosidad que tenías por algún aspecto de la cultura francesa/belga/canadiense/haitiana puede darte una oportunidad para volver a platicar con francófonos y no dejar que se te olvide la lengua.
- Permite que las diferencias te cambien: La forma en la que tú vives y en la que tú piensas es sólo una manera de hacerlo. Si dejas que entren a tu vida, quizá puedas encontrar algo mejor. Podrías, por ejemplo, ir a buscar restaurantes alemanes en tu ciudad cuando aprendes esa lengua. Y tener una opinión sobre el Sauerkraut.
- Toma lo que te gusta: El mundo es una especie de mercado enorme del que puedes obtener materia prima para nutrirte. Haz que todo lo que conoces te dé ideas, relaciónalo con lo que ya sabes para descubrir cosas nuevas, conviértete en un detective que recolecta pistas. Inserta lo que aprendes en tu día a día, en tu arte, en tu contribución a la humanidad, en tu trabajo, en todo lo que puedas.
- Nunca dejes de conseguir ganchitos. Los descubrimientos e inventos más brillantes de la historia son aquellos que juntaron cosas de varios universos y encontraron conexiones que los demás no pudieron hallar. Está bien ser el experto número uno en algo, pero a mí en lo personal me encanta la idea de meter las narices en todo lo que a uno siempre le ha interesado sólo para ver qué se nos va a ocurrir después, con nuestra particular forma de ver el mundo. Obviamente, eso incluye a las lenguas: haz un esfuerzo por aprender todas las que te llaman la atención desde que eras niño. Hay una gran recompensa a cada paso.
Entre más idiomas adquieras y más aprendas sobre los pueblos que los hablan, su historia, su religión, su forma de alimentarse (la comida tradicional de cada pueblo contiene la sabiduría de siglos enteros sobre qué es bueno comer), y su manera de pensar, tendrás una mayor capacidad para ver lo que antes era invisible para ti.
Si eso no enriquece tu vida, no sé qué más lo podría hacer.
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Lee más:
La utilidad de las lenguas extranjeras
“Nunca puedo leer todos los libros que quiero; nunca puedo ser toda la gente que quiero ni vivir todas las vidas que quiero. Nunca puedo entrenarme en todas las habilidades que quiero. ¿Y por qué quiero? Quiero vivir y sentir todos los matices, tonos y variaciones de la experiencia mental y física posible en la vida. Y estoy horriblemente limitada.» (De vuelta a arriba)
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Foto de tanakawho
(Nota: el nuevo y azul fondo del blog es de rubyblossom)
hola,descubri este blog casualmente ,me llevo la curiosidad(y espero que en este caso no mate el gato) buscaba algo de David Mcraney y casualmente descubri libros que me encantan.me siento muy identificada contigo Georgina…me encanta leer y cuando un libro me gusta puedo estar horas y horas leyendo.Y creo que es lo unico que me puede hacer olvidar de todo lo demas .Se me dan bien las lenguas y me he sentido a veces sin metas y un poco perdida,lo tuyo parece un manual de como vivir la vida y sobrevivir en el intento….jajja.Me encanta y perdona por la falta de los acentos ,aunque me expreso bien en español ,los acentos todavia me dan guerra.
muchas gracias:denka
Hola, Denka. Muchas gracias a ti por tu comentario.. Es justamente para personas como tú que me gusta seguir escribiendo. Saludos 😀
Estoy de acuerdo con todo lo que expones. Es una de las cosas que más me gusta de aprender lenguas que tu visión del mundo cambia, eres capaz de ver más allá de lo que muchos no lo hacen. Como dices es sumamente interesante ir aprendiendo de todo un poco y de eso ir haciendo tus pequeños descubrimientos.
Información relacionada con cómo es otra cultura y la conciencia. Especialmente para ti que te gusta leer en exceso. Si sirve tambien a tus lectores, pero esta en ingles.
http://expat.ru/s_russian_mind.php
Veo que hay una dama que escribe y parece ser rusa, su nombre «Sandy» (Caндй) ¡Qué bien!… Как дела, oткуда вы?
bueno puede ser bulgara,no olvidemos que las letras cirilicas las usan mas nacionalidades….
A mí, por ejemplo, el aprendizaje del árabe me ha permitido conocer otra cara del Islam distinta a la que muestran los medios masivos de comunicación. En efecto, hay cosas que no vemos y que tenemos delante. Hay que aprender a ver las cosas como son, con mirada virgen y sin intermediarios.
Me gusta el nuevo diseño, está bien padre.
Sigue así, Georgina. Lo haces estupendamente.
Gracias! 😀
Muy interesante la nota. Gracias!
¡Qué bien que te gustó!