Cuando he llegado a tener mucho tiempo libre y le doy rienda suelta a mis pensamientos, me llego a preocupar sobre qué pasaría si un buen día ya no pudiera leer. No me concibo a mí misma sin libros: son una gran parte de mi identidad y no me da miedo admitir que muestro una adicción no tan pequeña a la lectura.
Desde que tengo memoria he sido así: mi cerebro funciona mejor para el lenguaje que para otras cosas. Por lo tanto, siempre he tendido a la lectura porque ahí estoy cómoda: me siento buena en lo que hago con los libros.
Por alguna razón, como hasta los 17 o 18 años me la pasaba leyendo literatura. Era lo que tenía a la mano y nunca consideré que hubiera otro tipo de textos. No me daba cuenta de que en realidad todas las novelas que leía no me hablaban mucho porque no tenía experiencias ni emociones suficientes como para identificarme con los personajes, pero de cualquier forma lo hacía.
Y sin embargo, había aún más.
Recuerdo que me creía mucho por leer mucho. En algún año, llegué a leer 50 libros, casi uno a la semana. Me sentí así hasta que entré a la Facultad de Filosofía y Letras, donde a uno siempre le recuerdan–sin querer–que no ha leído nada. (Es que nunca será suficiente, y qué bueno).
Pero no sólo eso, sino que me di cuenta de que comenzaba por primera vez a leer textos que no eran literatura, sino otras cosas como teoría literaria, introducción a la lingüística, manuales de redacción, historias de la filosofía, ensayos, etc. Lo que han llamado «no ficción».
Poco a poco me fui interesando más en ese género porque sentía que aprendía más: era mucho más sencillo buscar respuestas porque a veces hasta los títulos de los libros las contienen. Fui leyendo cada vez menos literatura, hasta que llegó un momento en que ya no me gustaba tanto como antes.
Ya había una diferencia muy grande: todo lo que se podía leer no era sólo el arte de la palabra, sino un montón de textos claros, concisos, con argumentos, con ejemplos y muchas otras cosas maravillosas que acabaron conquistándome.
¿Literatura o no?
Si algo me quedó claro con todo eso, fue que la literatura y los textos no literarios son muy distintos en muchos niveles: evidentemente, el contenido es el principal, pero también la forma en la que se presentan los hechos. Unos tienen frases muy largas con muchos adjetivos, los otros no. Y sobre todo, las palabras son harto distintas.
Durante muchos meses, mi francés era casi exclusivamente literario. Leí muchísima narrativa en lengua francesa gracias a unos libros bilingües simplificados que había en mi casa (parte de un proyecto trunco ajeno), y me regocijaba con poesía que encontré en un podcast.
Claro que no tenía con quien hablar y en realidad no me importaba en ese momento, pero poco a poco me fui dando cuenta de que necesitaba otro tipo de léxico porque en verdad es distinto a lo que se necesita para comunicarse en la calle. La literatura es un arte, un artificio, y por más que se esfuerce en imitar a la realidad, no capta con fidelidad a la lengua hablada (aunque hay excepciones).
¿No has podido leer literatura o no te gusta? No temas
Por lo tanto, si has tratado de leer en otro idioma, lo que has tenido a la mano es literatura y te has frustrado hasta el fin de los tiempos, te sugiero que intentes leer otro tipo de textos. A mí lo que me ha acomodado son ciertos libros, pero puedes empezar con blogs (yo empecé así con el inglés y ahora no lo suelto).
Para buscar blogs en el idioma que te interesa, ve a www.google.com/blogsearch y escribe la traducción de un tema del que quieras saber más*. Por ejemplo, si te encanta la cocina y estás aprendiendo alemán, escribe Küche en la caja de búsqueda. Haz clic en links hasta que halles un blog que te atraiga lo suficiente como para que te esfuerces en leerlo y comprender lo que dice. El interés por los temas es un gran motivador.
*¿Google se cree muy listo y sólo te pone textos en español?
Haz la búsqueda de todas formas, y justo abajo de la caja
aparece un letrero que dice «Búsqueda personalizada».
Debe haber una pestaña de «Idiomas» a la izquierda.
Marca las casillas de las lenguas que hablas.
Ahora eres más listo que Google.
Si es un buen blog, seguramente tendrá ligas a otras páginas en la misma lengua y recomendaciones de libros que te irán llenando de material atractivo para tus ojos. Nunca sabes por dónde te llevarán todos esos textos.
En resumen,
- El lenguaje literario es sumamente distinto al de otros tipos de textos.
- Para tomar mucha práctica en la lectura y para que cada vez uses menos el diccionario, la literatura es sólo una opción, no todo lo que existe.
- Opta por los textos literarios sólo si te apasionan. En caso contrario, busca textos de no ficción, como blogs, ensayos, libros de divulgación, etc. Seguro hay algo que te llama mucho la atención.
- Lee textos que te interesen sobremanera, para que la curiosidad sobre el tema sea más grande que la frustración de no comprender la lengua a la perfección.
Así, cuando haya campañas de fomento a la lectura, ten en cuenta que no sólo se busca que se consuma más literatura. Hay todo un mundo más allá de esta. Quizá ya lo sabías, pero como yo me tardé muchos años en aprenderlo, te lo cuento por si te sirve.
¿Qué te gusta más leer: literatura o no ficción? ¡Cuéntanos!
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Foto: BobAuBuchon
Hola Yo desde hace como un año se me dio por leer mucha literatura, pero disfruto mucho también leer libros, blogs, etc de no ficción (si me gustan a mi mejor).
Me parece que mi vicio :)me ha ayudado un montón. También me ha echo quisquilloso con las traducciones :/. No es que sea exigente (excepto con los libros, porque considero una vergüenza para una editorial publicar algo mal traducido) pero algo que esta bien interpretado y traducido lo valoro mucho.
Sí! yo también sufro muchísimo con las traducciones. Me pasa algo muy curioso que a ti también te pasa quizá: que voy leyendo en español, y en mi mente oigo las frases en inglés. Es desesperante. Por eso procuro no leer traducciones, sólo me enojo. Aunque, he de decir, también me hace apreciar más las que son buenas. Buen vicio, Leandro.
Georgina, como en todas tus entradas, me identifico mucho. Me da pena decirte que soy un ávido lector venido a menos. 😦 Antes leía mucho más, pero hoy veo más películas, y bebo más café.
Sigo leyendo mucho, pero sobre todo no ficción. De pequeño, sólo leía novelas, y textos filosóficos. Hoy en día, rara vez leo una novela. Inter nos, cada vez se me hace más difícil identificarme con la sensibilidad de nuevos autores. ¿A qué crees que se deba?
De la poesía, ni hablemos. Son de un sopor….
Cuando leo no ficción, leo casi exclusivamente en inglés. Mis gustos son muy similares a los tuyos, es decir ensayos sobre la sociedad de temática variada. Books with a well written straightforward punch line. Tres excelentes autores que me vienen a la mente: Malcolm Gladwell, Dan Ariely y Tom Harford.
Cuando leo ficción me agrada guiarme con un pequeño código de conducta. Te lo comparto; es algo simpático.
Creo que los dos principales atributos de un libro de ficción son 1) calidad literaria, y 2) trama intrigante, a compelling one. Dejemos de lado todas las subjetividades sobre qué es la calidad literaria.
Soy un tipo simple. Si un libro destaca en ambos rubros, pues padrísimo, se volverá un libro imprescindible. Es el caso de los libros de Bolaño, García Márquez, Nothomb, Gaarder, Le Clézio, Houellebecq, Poe, Maupassant, y muchos, muchos otros más.
Lo que me hace diferente es qué decido hacer cuando juzgo que un libro sólo destaca en uno de los rubros. Por ejemplo, tomemos el caso de un libro que juzgo tiene una prosa pulida, pero que encuentro muuuuuuy aburriiiiiiiiiiiido. Para ser franco, rara vez leeré un libro así. Es más probable que acabe leyendo un libro de trama palpitante y prosa fácil, aunque no muy bien lograda. Consecuencia lógica: siempre privilegiaré leer el último thriller de moda sobre esos libros áridos, «clásicos». Código Da Vinci sobre El lazarillo de Tormes, de lejos, sin menor controversia.
¿No crees que vivimos en una sequía de historias envolventes? No sé los demás,pero un libro cuya trama es «el regreso del tío comunista, y la narración de su profunda crisis post-adulta», me da náuseas. Poco importa la prominencia literaria que alcancen, nunca leeré esos libros.
Otro de mis vicios: no me inmuta abandonar un libro. No es tarea. Pero sé de personas que tienen una necesidad insaciable de concluir un libro comenzado. Afortunadamente, no tengo esa obsesión por la exhaustividad. Para mí, la lectura es un placer más, y no tengo ninguna presunción. Es un capricho y derecho de lector. 🙂
Saludos a todos
HC
No sé a qué se deba, también me pasa que cada vez me es más difícil «meterme» a una novela. Cuando llego a intentarlo con ahínco me siento como si estuviera perdiendo el tiempo. Cuando sepa por qué, te digo. Gracias.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Habitualmente, literatura y la lengua hablada son dimensionas lingüísticas bastante distintas . Además, leer literatura en español puede ser una experiencia frustrante. Aunque tenga nivel B2 en español, me resulta muy difícil leer Marqués por ejemplo. Por lo tanto, prefiero tu blog. Además de ser interesante, es muy útil para mi español;)
¡Muchas gracias, Andrei! Me da mucho gusto que te sirva mi blog para tu español. Para mí a veces también leer literatura en español ha sido una experiencia frustrante. Saludos 🙂