Todas las lenguas tienen gramática. Desde la primaria nos la enseñan (o eso intentan). Es el contenido más frecuente en las clases de idiomas y hasta hay libros que sólo hablan de ella. ¿Es realmente importante?
Los políglotas, los lingüistas y los profesores de lenguas discuten sobre su utilidad o inutilidad al aprenderlas y casi siempre acaba siendo la mala del cuento.
Pero… ¿de qué se trata?
Te explico:
la gramática, por un lado, es la morfología y la sintaxis de la lengua, es decir, el estudio de las formas de las palabras y de su orden (por ejemplo, el hecho de que para convertir en pasado un verbo en español se le tenga que poner un «-ba», como en «gusta-ba»).
Por otro lado, la gramática es un libro que, compilando ese conocimiento, describe cómo hablan los hablantes nativos de una lengua.
Así, un señor o señora que se dedique a hacer una gramática se pone a escuchar a las personas y escribe reglas (o sea, elementos que se repiten, como las leyes físicas) y sus excepciones con base en el uso real del idioma.
*como Emilio Alarcos, o Andrés Bello, o como Antonio de Nebrija, y más recientemente, la Real Academia de la Lengua Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
Por ejemplo: la gramática del español dice: el plural de las palabras se forma agregando una «s» (niño=niños), pero no todas (tórax=tórax).
También menciona que las frases deben llevar un orden: «El perro mordió al niño» y que no pueden llevar otro= «Mordió niño perro el» porque eso no lo dicen ni lo entienden los hablantes.
Estas «reglas» surgieron no porque nos hayan dicho hace mucho tiempo que así teníamos que hablar, sino porque alguien se puso a anotar la forma en que lo hacíamos.
Con el tiempo, y para que hubiera uniformidad y nos entendiéramos mejor todos los hablantes del español, las reglas se hicieron «órdenes» que teníamos que seguir, porque de otra forma cada quien hablaría como quisiera y la comunicación (que es para lo que sirve el lenguaje) se perdería.
La gramática en el salón de clases
Ahora: cuando nos enseñan académicamente la gramática de otra lengua, lo que hacen es intentar hacernos breve el camino de descubrir esas reglas por nosotros mismos.
Aunque a veces funciona, no es indispensable saberse las reglas de memoria para hablar bien.
Como hablantes de nuestra lengua materna casi nunca somos conscientes de esas reglas (intenta explicar cómo conjugas los verbos y no te sientas mal si no puedes), y sin embargo podemos decir lo que sea y los demás nos entenderán.
Entonces, ¿para qué?
Saber de esas cuestiones tiene una utilidad.
Si estás familiarizado con palabras como adjetivo, pronombre, sustantivo, caso, desinencias, complemento directo, objeto indirecto y demás, tu aprendizaje en clase o autodidacta puede ser menos confuso.
A veces puede sacarte de una gran duda ver en un diccionario si una palabra nueva es un sustantivo (s.) o un adjetivo (adj.) y, lo que es mejor, hacerte ahorrar mucho tiempo.
O si ya estás en niveles avanzados y tienes una duda específica de una frase o construcción, puedes recurrir a una gramática (son libros que describen ordenadamente el uso que hacen de su lengua los hablantes de un idioma) y seguir adelante corregido y aumentado.
Por otro lado, también depende de tus metas, porque si estás estudiando una lengua para hacer un examen de certificación internacional, en algunos de ellos hay un apartado específico que mide tus conocimientos de gramática, y es más fácil si cuentas con ese conocimiento desde el principio.
Qué hacer
Yo voto por no odiar la gramática, aunque es muy abstracta y complicada al principio (como todo) y aprovechar las formas en las que nos puede ayudar.
Lo bueno de hacerte su amigo tan pronto como te la presentan (y de no predisponerse desde antes) es que te deja de espantar y te bloqueas menos en las partes difíciles.
Hay que encontrar el punto medio, porque muchas veces aunque te sepas de memoria las reglas no las puedes aplicar cuando hablas y a veces puedes no ser capaz de explicar una construcción pero producirla correctamente.
Algo que funciona cuando te presentan una nueva regla es encontrar ejemplos en lo que se lee o se oye y después hacer frases distintas al ejemplo en los que se aplique, en vez de solo memorizarla.
Es decir, puedes escapar de la gramática sin ningún problema aun si muy probablemente te ayude cierta familiaridad con ella porque es de uso frecuente en los textos o recursos para el aprendizaje de lenguas.
Como ves, también depende del método.
Creo que la única forma de no topársela en ninguna parte es aprender el idioma de forma natural, como se aprendió la lengua materna y dejar que el cerebro haga lo suyo.
Como dato curioso, a mí me gusta mucho la gramática del español. Sin embargo, cuando aprendo otros idiomas, la terminología «ruda» me aburre, sobre todo porque sé que se puede hablar perfectamente bien una lengua sin analizarla, y prefiero simplemente dedicarme a adquirirla.
En resumen:
Si puedes, haz lo posible por no odiar la gramática, y si ya es demasiado tarde, no te preocupes ni te sientas mal. Es una herramienta más, pero no es indispensable, y de verdad no tiene por qué gustarte.
Georgette, me gustó mucho esta entrada, sobretodo porque trata de una polémica eterna (o al menos muy recurrente). Creo que cometes un anacronismo cuando das una breve historia de la gramática: según yo, al menos en el caso del español, primero se escribieron las gramáticas prescriptivas, las que buscaban un apego congelado a las reglas del latín, empezando por la de Nebrija, es decir, las que daban ‘ordenes’ y después las descriptivas, las que sólo te cuentan cómo se comportaba la lengua en ese momento.
Me gustaría decir que de la lengua se hace la gramática y no viceversa, decir ‘La langue, c’est moi’, pero, la verdad, creo que ambas se afectan y se forman mutua y constantemente, desde siempre, desde que la gramática era no más que observaciones habladas.
Suerte, ciao.
Me gusta lo de la langue, c’est moi. Gracias por tu comentario. Yo también creo que cometí un anacronismo, pero, como bien dices, es una polémica eterna y en este blog lo que quiero es introducir a las personas a los conceptos, no a las polémicas =). Gracias de nuevo.